Una tarde tranquila

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"Sí." Dijo asintiendo con la cabeza con más confianza, de alguna manera misteriosa el encantador hombre rubio tenía un estraño poder sobre ella.

"Ino ... ¿Estás ahí?" la voz apagada al otro lado de la puerta llamó la atención de Ino y se deshizo de las manos de Naruto y se puso de pie.

"Sí." responde abriendo la puerta. Afuera estaba Tenten con una amplia sonrisa en su rostro.

"¿He interrumpido algo?" Pregunto notando el enrojecimiento de la cara de Ino.

"No".

"Bueno, en dos horas iremos al parque a jugar béisbol ... como siempre lo hicimos, ¿recuerdas?" ella informó despreocupada.

"Sí." respondió Ino con una débil sonrisa. Los recuerdos no eran muy alentadores, siempre que se juntaban ella se quedaba en un rincón y evitaba participar lo más posible en cualquier actividad física, porque siempre que lo hacía, molestaba a todos, era una negación en actividades que requerían fuerza física.

"Entonces todos en nuestra clase estarán allí". Sonrió tentadoramente. Ino pensó por un momento, analizando la situación. Estaría con todos sus amigos y eso la hacía feliz, pero por otro lado, la idea de jugar no le atraía.

"Bueno ..." comenzó. "Yo creo que..."

"Nosotros iremos". interrumpió Naruto con una gran sonrisa. "¡¿No es así querida?!" sus ojos brillaron e Ino entendió que no tenía sentido estar en desacuerdo o huir, su sonrisa amistosa le dijo que era hora de jugar.

"Sí ... querido" respondió ella, derrotada. "Nos encantará ir contigo".

"Bien" celebró Tenten con entusiasmo. "Bueno, también estarán allá Hinata, Neji, Sakura, Sasuke, Kiba, Karin, yo y Deidara." comenta pensativamente. "Bueno, te veo luego".

"Hasta luego" agitó la mano un poco estupefacta. "¿Estás seguro de que quieres participar?" preguntó Ino con un poco de incertidumbre.

"Yo estoy si. ¿Por qué?" preguntó el hombre sentado en la cama, mirando a Ino con diversión.

"No soy muy ... digamos buena en los deportes". Ella tamborileó nerviosamente con sus dedos índices.

"Está bien" enderezó su cabello rubio aún manteniendo la sonrisa juguetona en su rostro "Yo lo soy" le guiña con entusiasmo.

"Y humilde". Ino susurra divertida.

"También" responde, dejando a Ino avergonzada por haber dicho eso y él haberla escuchado.

•••

Dos horas después, Ino estaba allí, en el viejo parque cerca de su casa. Ese lugar era nostálgico para la joven, ya que era el escenario de recuerdos agradables y tristes. Después de tanto tiempo había olvidado lo bien que se sentía caminar sobre el césped helado y húmedo. Ese lugar no había cambiado nada, mantenía los bancos de madera pintados monótonamente de blanco, ubicados bajo los árboles centenarios que brindaban agradables sombras en verano y en otoño, una fiesta de colores. Sonrió al recordar aquella época, su infancia, su inocencia, cuando jugaba con sus amigos en ese enorme parque escondida detrás de las rocas cubiertas de musgo o en los propios centenarios.

"¡¡Inoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo !!" - un grito agudo bien conocido por Ino la sacó de su ensueño. "¡Hime!" gritó la mujer de cabello púrpura antes de agarrar a su amiga con tanta fuerza que la tiró al suelo. Riendo como una tonta, la rubia besó el rostro de su amiga.

"¡Me moría de añoranza!".

"Hinata, podrías controlarte" se quejó Sakura incómoda.

"Hola Ino-chan" sonrió Hinata "Yo también te extrañé".

En Buena CompaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora