En Buena Compania

Sombra del Pasado

"¡Tú!" La voz baja y delicada de Ino hizo eco a través del patio vacío. Era difícil de creer lo que reflejaba su iris. Esto debería ser un sueño, solo podría serlo. Sacudió la cabeza, apartando la mirada del que le recordaba recuerdos desagradables. Toda la felicidad del pasado había desaparecido de su ser, ahora era una Ino hueca, vacía.

"Hime ... cuánto tiempo" La voz tranquila y dulce del hombre cortó el silencio, golpeando el pequeño cuerpo de la mujer como un cuchillo. Agarró el dobladillo de su blusa mientras cerraba los ojos tratando de detener las lágrimas que comenzaban a formarse. No era una ilusión, ni un espejismo, estaba justo frente a ella. Volvió a mirarlo, era el mismo de hace seis años, pero más viejo. Él le sonrió

"Encantado de verte aqui." Continuó acercándose lentamente a Ino. Con cada paso que daba, ella sentía una sacudida de temblores a través de su cuerpo.

"Si." Ella respondió en voz baja, mirándolo a los ojos. Se dio cuenta de lo aburridos y sin vida que eran, en comparación con los de Naruto, no tenía el brillo de este. El cabello platino peinado hacia atrás, la cara pálida, la talla inferior, la constitución inferior, era tan diferente del rubio. Sintió que su estómago se revolvía de rabia. "¿Que haces aquí?" Pregunta, sorprendiéndose a sí misma con su voz chillona. El hombre de repente se detiene demasiado sorprendido por su tono de voz.

"Vine a la boda de Moegi-chan con Konohamaru-kun." Respondió tranquilamente con una discreta sonrisa en su rostro. Ino lo miró en silencio durante un rato, sintiendo náuseas.

'¿Cómo ... cómo tiene el coraje? Después de todo... ' Ella apretó su agarre en el dobladillo de su blusa mientras respiraba lentamente. No se sentía bien, el suelo ya no se sentía sólido bajo sus pies.

"¿Así que ... cómo has estado?" preguntó casualmente, ignorando la palidez del rostro de Ino mientras lo miraba con una expresión desolada.

'¿Cómo te atreves a preguntarme eso? "Como has estado"? ¡Hipócrita!' Pensó, frunciendo el ceño. Cómo quería gritar lo que había pasado todos esos años, el dolor que había sufrido, la vergüenza, las maldiciones, los golpes. "Bien." Respondió seca. Todavía mirando a los ojos del hombre. "Y tú, Hidan, ¿cómo has estado?" Preguntó fría.

"Genial ... me especialicé en derecho, trabajo en uno de los principales bufetes de abogados de Nueva York, yo ..." Sus ojos opacos se iluminaron mientras hablaba de su carrera. El sonido de su voz golpeó a Ino como navajas que perforaron su corazón, haciéndolo sangrar.

Estaba allí frente al que marcó su pasado, su vida, y este tan indiferente a lo que les había pasado, no mostró el menor remordimiento. Observó a ese hombre con atención, durante cuánto tiempo esperó a que lo llamara y se disculpara, que pidiera perdón por sus actos y palabras, pidiéndole que lo perdonara. Durante cuántas horas soñó, fantaseó con él apareciendo frente a su edificio en un caballo blanco como un príncipe de cuento de hadas pidiendo perdón y diciendo que la amaba ... Pero eso nunca sucedió.

"... Así que fue así, no puedo creer que entré allí". Terminó su discurso dirigiendo su atención a Ino. Sus ojos eran más mortíferos e inexpresivos que antes, notó, pero tenía que admitir que los años le habían hecho mucho bien. Era muy hermosa, más de lo que jamás imaginó.

Mientras Hidan la miraba, admirado por su belleza, no podía imaginar cuánta fuerza se obligaría a usar Ino para mantenerse erguida, para no colapsar frente a él.

"Entonces Ino, ¿te casaste?" Preguntó con calma y un poco inseguro mientras miraba la mano izquierda de Ino, no había anillo de bodas. 'No es casada ...' pensó, esbozando una leve sonrisa. 'Si tuviera una idea en ese entonces, si supiera en qué se convertiría en el futuro, tal vez tendría un poco más de cordura', pensó, pero aún no era demasiado tarde.