De fantasmas y corazones ╰ Bajifuyu

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Cuando la puerta de su armario se abre después de cerrarla, Baji en el mejor de los casos, toma un destornillador y aprieta el pomo. Cuando su televisor se enciende la nada, solo, juega con los cables y verifica el control remoto. Cuando las cosas comienzan a caerse de los estantes, él visita el apartamento en el piso de arriba y les dice que dejen de tocar su jodida música tan fuerte antes de que les bote los dientes.

A veces las cosas se pierden o simplemente cambian de lugar sin razón aparente. Jura de izquierda a derecha que siempre pone su gorro favorito al lado de la máquina de café, pero unos días después aparece envuelto en su ropa interior. Siempre se repite el mismo patrón.

"Necesitas graduarte, la universidad te está volviendo loco". Mickey dice que Baji está sufriendo algún problema mental.

Mickey está convencido de que el hogar de Baji está encantado y de que no se acercará a su departamento por nada en el mundo. Aunque desde que Baji lo amenazó "Si sigues diciendo cosas así, el fantasma se llevará te jalara los pies". Mickey ha controlado su lengua.

— Deberías ver un médium.– dice Mickey cuando Baji se presenta a clase refunfuñando sobre encontrar una taza en la bañera.

— Deberías revisar tu cerebro.– responde Baji.

Le lleva cuatro meses, antes de que realmente, se frustre.

Él está hojeando las estaciones de radio una tarde, y se detiene en una que le gusta solo para que esta se cambie a una estación de trap. La cambia de nuevo y dura treinta segundos antes de que se reinicie el trap. Cuando ocurre una tercera vez, tira la radio al suelo. Hay un ruido sordo y el sonido de algo que si suena.

— Si quisiera un compañero de cuarto molesto, no estaría viviendo en un maldito estudio.– Baji grita, agarrando su chaqueta y corriendo sin ser capaz de llegar a cruzar la puerta.

— Buuuh...~ – Podría ser una risa, ese sonido que oye, lo sigue.

Un escalofrío recorre su espina dorsal y su piel pica gracias a su piel de gallina, pero luego se siente estúpido, porque los fantasmas no existen, y solo es la estupidez de Mi Mickey seguramente debe estar llegando a él.

A la mañana siguiente su taza de café flota.

Se estaba recuperando de la situación de ayer, mientras fingia leer, estira su brazo para tomar un sorbo cuando se da cuenta de que está sujetando el aire.

Mira y está allí, flotando unos centímetros por encima de su mano, tambaleándose un poco como si alguien con manos temblorosas lo estuviera sosteniendo.

Él mira fijamente hasta que sus propias manos se vuelven temblorosas. Luego se levanta tan repentinamente que debe asustar al fantasma porque la taza se cae, empapa su mano y su manga con café.

— Buuuh... ~

Él grita, el latido del corazón tartamudea mientras su piel se enrojece. El agua fría y helada alivia temporalmente la quemadura, lo suficiente para que él conteste el teléfono. Llamo a Mickey y le pregunto qué demonios es un médium y dónde encontrarlo.