De fantasmas y corazones ╰ Bajifuyu

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Encuentran la tumba de Kazutora escondida debajo de un pequeño árbol en un terreno familiar después de subir una cerca para entrar.  Baji sisea cuando ve las fechas;  él no puede evitarlo;  Kazutora murió hace un año en una pelea callejera.  Antes de que se dé cuenta, se ha inclinado para tocar la lápida y reorganizar las flores frescas a su alrededor. 

 Chifuyu se arrodilla junto a él, sosteniendo la radio como un bebé.  Sus ojos están cerrados, mientras tanto Baji estudia el pliegue entre sus cejas, el como sus pestañas se agitan ligeramente, la curva de sus mejillas y el gesto serio de su boca.

«Hermoso.»

— ¿Cómo lo haces para tratar tan de cerca con la muerte?  – Cuando Chifuyu abre los ojos, Baji pregunta.

— Te acostumbras.–  Chifuyu se encoge de hombros.

Baji es golpeado con un instinto protector repentino.  Es una sensación extraña... Baji no conoce a Chifuyu, pero él quiere saber e intentar experimentar que se siente vivir en su mundo.  Quiere trazar su mano a lo largo de la suave piel de su rostro y enseñarle sobre la permanencia, porque todo lo que parece saber es lo contrario.

 — Creo que he roto la mayor parte de su enlace a esto.  Estar cerca de la tumba ayuda, se está conectando a su cuerpo, pero él tiene que dejarte ir.– Chifuyu coloca la radio en el suelo.

 — ¿Cómo? – Pregunta Baji, sintiéndose repentinamente triste.

 — Necesito besarte.– Él tira el extremo de su cuello y mira fijamente las orejas rojas de Baji en lugar de sus ojos.

 — No, no puedes hacer eso.– La vergüenza rápidamente se hizo presente, hasta que sus mejillas se colorearon de rosa.

 — Los fantasmas no pueden aferrarse a mí. Es parte de ser un médium... Entonces, si te beso, te transfiero mi energía...– Él murmura algo sobre las almas que salen de su boca cuando mueres y las auras y la energía, pero Baji un no está escuchando.

— Maldita sea, solo hazlo rápido.– Chifuyu se inclina hacia adelante, pero duda y por alguna razón frunció el ceño, así que Baji cierra la distancia entre ellos y lo besa.

Dura 10 segundos, cuenta Baji, pero ya decidió que podría acostumbrarse a esto, a estar con él. Cuando Chifuyu se aleja, su cara está un poco roja y se vuelve a la tumba de inmediato.  Luego vuelve a cerrar los ojos y se enfoca.

  Baji está feliz de verlo.

 — Mira... Si funciono.– Baji sigue la dirección señalada por Chifuyu.  Detrás de la tumba, parece haber una silueta de un chico ondeando.— Aunque, realmente no era necesario besarte.

— Lo sé.— Admito Baji.

— ¿Cómo lo sabes? — Cuestionó Chifuyu.

— Creo que Kazutora me lo dijo antes de irse.– Sonrió feliz acercándose a él.— Sé que no lo dijiste, pero también me gustas Chifuyu... Cierto, Kazutora me dijo que me beso incontables veces antes de que te dieras cuenta.

— Jodido fantasma.