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Tierra 75

Kevin de 11 años intentaba jugar al béisbol en un salón de videojuegos, pero de repente el juego se detuvo como cual estafa sin haber jurado absolutamente nada.

-¿Fin del juego? ¡Pero si acabo de empezar! – Dijo enojado, apareció el encargado a su espalda – se tragó mis fichas.

Pero el enojado le comentó que existía un cartel que decía que ''jugaran bajo su propia responsabilidad'' limpiándose las manos de que los juegos no funcionaban y así ganar dinero de manera sucia.

-¡Este lugar es una estafa!

-Tienes razón, este lugar apesta – escuchó a su espalda, Kevin volteó encontrándose con otro niño que lucía desaliñado, su cabello era castaño y sus ojos verdes, recostado sobre una de esas máquinas.

Parecía ser alguien rudo.

-No tan mal como su aliento – respondió y ese niño sonrió.

-Eres gracioso. Oye. Me debes una – colocó su mano sobre la maquina de juegos que estaba a su espalda y de ella un destello rosa salió haciendo que muchas monedas salieran de esta.

-¡Guau! ¿Cómo hiciste esto?

-Tengo habilidades – respondió con orgullo, Kevin se agachó a tomarlas, sabía que estaba haciendo algo mal pero después de todo aquella estúpida maquina se había tragado todas sus monedas.

-Gracias, soy Kevin.

-Ben.

-¿Quieres jugar hockey?

-No, gracias – respondió con algo de temor retrocediendo y caminando al lado opuesto.

Kevin había encontrado el omnitrix junto con su padre cuando andaban de vacaciones de verano por lo que encontrarse con personas que tenían poderes era alguien completamente normal, pero aquel niño le había llamado la atención. Se reencontraron y tras pasar un tiempo le comentó que se había fugado de casa, después fue que supo que su padre había muerto, su madre había vuelto a casarse y el nuevo esposo no le gustaba el ''niño mutante'' por lo que lo despachó.

Dormía en un almacén haciendo cosas ilícitas para sobrevivir, teniendo poderes anoditas, claramente más fuerte que Kevin pero algo le decía que tenía que protegerlo.

Pero solo lograron reencontrarse 5 años después donde Ben había cambiado.


...


-¿Dónde está Tennyson? – preguntó Rook a la hora del almuerzo, estaban en el planeta Revonnah, donde casi todos los trabajadores del planeta se disponían a comer, su madre era la encargada de tal asunto, mientras todos los demás pensaban que preguntar por el no era nada bueno.

-Le di almuerzo con un sedante, está durmiendo ¿para que lo quieres? – Bralla parecía preocupada. Aunque Rook no quisiera saber nada, la realidad era que si sabía que cuando Ben tenía mucho trabajo no dormía ni comía bien, apostaría a que su madre lo había dormido sin que él se diera cuenta.

Así son todos los doctores, es un hábito que acaparan en la academia interestelar.

Su cuerpo se movió solo hacia las habitaciones, no escuchó lo que decían los demás, no podía pensar con claridad, ante la vista de todos lo odiaba y aquel acto solo podía representar otra discusión.

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora