7 cortos/one-shot's JotaKak!
Un intento de que se sean dulces. No funciona.
✓los dibujos de la portada no me pertenecen. Yo solo la edite¿
✓tarde, pero es mejor tarde que nunca.
✓disculpen por tardar, ya debería haberlo terminado.
✓posibles muchos e...
—Nori... Tu... ¿Aceptas casarte conmigo? —terminó por decir el pelinegro con algo de dificultad en cada palabra.
Se encontraban en la playa de Morioh. Aquel lugar que Kujo escogió para proponerle matrimonio a Noriaki, tomándolo desprevenido se arrodilló y dijo las palabras ya mencionadas.
El pelinegro trago saliva al sentir la tención, el silencio. Su pelirrojo se quedó estático, veía con sorpresa el anillo y las facciones sudorosas de Kujo por los nervios.
—y-yo... —le era difícil soltar las palabras adecuadas, intento evadir la filosa mirada de su amado que por los nervios terminaba por asustarlo.
Empezó a temblar levemente, claro que quería a Kujo, pero simplemente los nervios dejaban sus palabras a medias al igual que sus labios permanecían semi-abiertos.
Jotaro se limitó a suspirar y desviar la mirada, Noriaki posiblemente no esté listo para aquello.
—lo siento... ¿Fue muy repentino? Creo que te asusté un poco, jajaja... —avergonzado reía un poco para aliviar la tención, bajo su gorra y se volvió a poner de pie—. Lo siento en verdad Nori, yo... ¿Te incomode?
No sabía cómo volver a dirigirle la mirada, de reojo dió un rápido vistazo al rostro de su amado pelirrojo, los tonos coincidieron por un momento, Noriaki también volteó su rostro, evitando la mirada de su pareja por segunda vez, dejando solo a la vista sus orejas, que llegaban a ponerse de un tono casi tan rojizo como su cabellera.
Volvió a ver a Kujo pasados unos segundos, con los labios arqueados y forzando a cerrarse, tapaba su rostro con uno de sus antebrazos para así no mirarlo directamente.
—N-no me incómodas... —apretó su mano libre en un puño—. Solo... —dió un suspiro en un intento de calmarse, dejó ver sus orbes violetas a simple vista, con la mirada algo baja pero firme hacia los ojos de su contrario—. A-acepto —fue escuchado por el pelinegro, esas palabras rebotaron en cada rincón de su corazón, podía pero a la vez no creerlo.
Rápidamente el mayor se encontraba rodeando a su novio con sus brazos, sonreía alegremente, su pelirrojo nerviosamente pero igual de emocionado por empezar una nueva etapa, sin duda una buena elección.
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La pareja de enamorados quería hacer lo más antes y privada posible la boda.
Y lo antes posible significó dos meses para organizarla, era un día sumamente ajetreado, todos sus conocidos en Morioh se dividieron para ayudar, al igual que para contar aquella celebración. Causando revoloteo entre las calles al ver a los dos pasando juntos, el salir se había vuelto algo peligroso, hasta aquel día lleno de felicitaciones.
Cada uno se dividió en un grupo de ayudantes para la vestimenta de cada novio, aunque claro que otros se encargaban de otra cosa fuera de ello como la comida, pastel, lugar, decoración, etc.
