Después de unos largos segundos, me separé de Cristian y miré hacia abajo mientras él me sonreía. Apenas pasaron dos segundos para que sonase el timbre del cambio de clase. Cristian me cojió de la mano y salimos corriendo a la puerta de nuestra clase.
Llegamos y justo la estúpida profesora de historia se asomó.
-Bien, entrad chicos, y la próxima vez silencio o si no, os pondré un parte a cada uno.
Los dos asentimos y entramos. Luego entró al aula el profesor de biología. Este no gritaba, pero.. Te hacía aprenderte el libro entero de memoria, él siempre preguntaba al azar, pero como te tocara salir a la pizarra, tenías que decirle todo el puto tema que estuviésemos dando o te ponía un parte, y además de eso, te suspendía la evaluación. Creo que yo prefiero a la gritona, aunque me tirase una semana levantándome con dolor de cabeza. Empezó a dar la clase. Por suerte, hoy no sacó a nadie a la pizarra. Yo y Cristian nos sentábamos en penúltima fila, este profesor estaba medio sordo y no se enteraba. Giré la cabeza hacia su rostro y vi que él también me estaba mirando fijamente. Le sonreí y me la devolvió con su bonita sonrisa. Bajé la cabeza tímidamente y empezó a reírse, supongo que de mí.
-Te dije que no me conocías, conmigo todo el mundo cae enamorada a mis pies.-dijo volviendo a hacerse el guay.
-Que reaccione así no significa que esté enamorada de ti.
-¿Y el "ven aquí" que me dijiste antes más la sonrisa?.
-Así llamo a todos mis amigos.
-Mm... ¿Y el abrazo?.
-Me diste uno y te lo devolví.
-Vaya... Tienes respuesta para todo.
-¿Lo dudabas?.
-Un poco sí...
-Pues ya lo sabes.
Volvió a sonreír. Me la contagió. Cuando nos quisimos dar cuenta sonó el timbre de cambio de clase.
No volvimos a hablar en toda la mañana. Fue bastante incómodo, la verdad.
En la última hora, me mandó una notita de papel. La abrí. Ponía "Toma, mi número, luego me hablas." Y ponía su número más abajo. Me lo guardé. Más tarde me llegó otra notita de él a mi mesa. Ponía "Al final no me dijiste si tienes novio :p". Me dio un venazo por contestarle y escribí "No, no tengo, nadie me querría." y se lo pasé.
Me giré hacia él y vi como me sonreía y como esos ojos verdes que tanto me gustaban miraban mi cara. Me confundí por un momento en mis pensamientos, estaba echa un lío. Cristian, por muy mono que fuese, al fin y al cabo era el cabrón que vino nuevo a mi instituto hace dos semanas. Me cayó mal desde el minuto uno, no sabía que se traía entre manos, pero no me iba a conquistar por mucho que quisiese.
Me olvidé un poco del tema. Quise atender en lo que faltaba de la última clase pero a los dos minutos sonó el timbre. Todos salieron como balas. Yo esperé a Andrea, mi mejor y única amiga, porque nadie le gustaría tener como amigas a dos ''empollonas aburridas'', ¿no?. Andrea es unos centímetros más alta que yo; pelo castaño bastante largo que le llegaba por la cadera, con mechas californianas; piel bastante blanca; ojos entre marrones y verdes, muy bonitos; solía vestir con ropa pija a pesar de ser una friki de la clase, yo era mas de otro estilo, pero aun asi era preciosa. Siempre tardaba en salir de la clase, por eso me tocaba esperarla cada día.
-Ya estoy Vale, vámonos.-me dijo Andrea con una sonrisa en la cara.
Antes de que pudiese avanzar se puso delante mía Cristian y un amigo suyo de nuestra clase llamado Dani, un típico guay rubio de ojos azules que va siempre detrás de Cristian, por eso las chicas también están locas por él, pero al fin y al cabo Dani solo sabía liarla.
-Cristian.. ¿Que quieres?.-le dije confundida.
-Em... Nada, que me llames luego, preciosa.-dijo guiñándome un ojo y dándome un abrazo.
Asentí y luego Cristian y su amigo desaparecieron de mi vista y de la de Andrea, que me miraba asombrada, más de lo normal. Empezamos a recorrer nuestro camino a casa.
-¿Que tenéis Cristian y tú?.-Me preguntó cuando su asombro la dejó hablar por fin.
-No tenemos nada Andrea.
-Que raro.. Os sentáis juntos en todas las clases, os ponéis a hablar y os miráis fijamente, os echan de clase a los dos juntos, te da el número y te pide que le llames, te guiña el ojo, te abraza... ¿Y dices que no tenéis nada?
Me quedé pensativa durante unos segundos.
-Nos sentó la profe juntos, no es mi culpa, si pudiera sabes que ni le daba la palabra.-dije seria.-Es un puto asqueroso que se cree guay.
-Bien que le sonreías hoy entre las clases.
-Andrea, no me gusta, nunca me enamoraría de un tipo así y menos de él. Es tan solo un... amigo.-mentí.
-Lo que tú digas Vale.
No dijo más, la acompañe a su casa y luego me fui a la mía, ya que estaba a dos manzanas mas lejos.
Entré en casa, no había ningún ruido. Al principió pensé que no había nadie, pero subí a la planta de arriba, ya que era un duplex, y ahí estaba mi hermana en el baño peinándose, es muy, y repito, MUY estricta con su pelo. Es más pequeña que yo, tiene 15 años; es rubia también, pero con los ojos azules, no sé de donde los sacaría, toda mi familia somos de ojos marrones; es bastante alta para su edad, le saco dos o tres centímetros para ser dos años mayor que ella; piel morena, más morena que la mía; tiene carácter, mucho, pero la verdad es que siempre me he llevado bien con ella, es lo mejor que tengo, a parte de mi padre, un hombre que se tira 20 horas trabajando en un fábrica solo para poder mantenernos a nosotras dos. Y sí, solo tenia 4 horas para dormir, descansar o lo que fuese.
-Paula, déjate el pelo, cualquier día te quedas sin él.
-No seas exagerada.
-Tú lo eres con tu pobre pelo.
-Porque no me gusta como me queda de ninguna manera.-Dijo bajando la cabeza.
-Paula, tienes un pelo precioso, trae el cepillo que te lo peino yo.
Me dio el cepillo, empecé a peinarle su largo pelo. Me encantaba, era como cuatro veces mas largo que el mio, siempre lo tenía suave y le brillaba como si fuese oro, lo tenía liso y le quedaba super bien. Yo lo tenia algo más ondulado y me llegaba por encima del pecho, no me quedaba bien cualquier cosa.
-Ya está, ves como te queda bien de cualquier manera tonta.
-Bueno... Me lo dejaré así, gracias Vale.-Dijo abrazándome.
Vi como entraba en su habitación, ya que estaba en frente del baño de arriba. No sé como sobrevivía ahí con tantas cosas, parecía una mini tienda de 5 second of summer, Melendi, Auryn, One direction y más famosos, os parecerá raro, pero está obsesionada con ellos, ya no recuerdo el color de pared que tenía de tantos posters.. Pero lo entiendo, es la edad. Aunque yo no he sido nunca fanática de ningún cantante ni grupo de música famoso, y eso que me encanta la música, pero no soy de ningún tipo de persona en concreto, no me gusta esa vida de fangirl.
Fui directa a mi habitación. Yo no tengo ningún tipo de posters, tan solo mini collages de fotos mías con mi padre , mi hermana, mi mejor amiga.. Y alguna que otra foto más. Estaba situado en mi pared rosa claro, encima de la cabecera rosa de madera de mi cama, también con edredón rosa chicle que estaba en la pared opuesta a la puerta de entrada; tenia una mini alfombra de pelo blanca; un escritorio pegado a la pared, que daba para la ventana; un armario blanco; al lado del armario un espejo de pared estrecho pero muy alto; también dos puf rosas al lado del armario.. No había mucho más, dos estanterías llenas de libros en la pared opuesta a la del armario, al lado del escritorio.
Entré a mi habitación y me tumbé en la cama. Cojí el móvil, fui a por la mochila para buscar el papel en el que Cristian me había escrito su número, pero no estaba.
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¿Para siempre?; XRIZ.
Fanfiction"-¿Como es posible que un chico tan popular como tú se haya fijado en una chica tan nerd como yo?.-pregunté con miedo. -Porque el amor es ciego, ¿o tú no sabías eso?.-respondió sonriente, como siempre. -Si.. Pero.. -Que no me importa como seas, yo t...