Meeting the Start

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- ¿Quién esta ahí? – pregunte mirando la negrura de mi habitación. Escuche un ruido, un susurro que les podría jurar con la mano en una Biblia que sonaba como si una persona me musitara al oído “despierta”. Me levante de mi cama, mire el reloj.

Es media noche.

Nunca fui alguien supersticiosa, quizás alguien más se hubiera acobardado al escuchar un susurro de la nada en la “hora de los fantasmas” pero a mi esa idea me parece risible.

Me puse mi bata de seda y fui hasta el baño, que cómodamente estaba en el mismo cuarto, encendí la luz y me cepillé los dientes, cuando termine me mire al espejo.

Ahí estaba yo, alta y esbelta; de cabello largo, castaño claro y rizado y ojos del mismo color que resaltan mi piel blanca, no me considero una mujer de concurso de belleza pero tampoco para ser despreciada. A veces con la intención y otras muchas sin querer hago que los hombres se me quedan mirando por la calle.

Es ya muy de noche y mañana tengo que trabajar, pero se me ha ido todo el sueño, aunque se que mañana me arrepentiré por esto me decidí a continuar con mi trabajo. Soy reportera, pero es solo un escalón más en búsqueda de mi verdadera meta, convertirme en una escritora reconocida.

A pesar de estar abocándome a la rama literaria desde hace muy poco siempre supe que era lo que de verdad deseaba ser, pero una de las cosas de las que me enorgullezco es que soy realista. Solo muy contadas personas pueden vivir de los libros, por lo que primero me consagre al periodismo. Mi trabajo me realiza y al tener que mantenerme a mi sola (no tuve hermanos y mis padres viven lejos, además de que no tengo hijos y tampoco e conocido un hombre por el cual quisiera decir “Acepto”) me pude dar el lujo de comprar esta bella casa de dos plantas.

Camine hacia el escritorio al lado de mi cama, a pesar de tener habitaciones demás, las uso como cuarto de huéspedes cunado mis padres me visitan, además no se me antoja caminar de un lado a otro cuando estoy trabajando, encendí el computador y con un par de ideas frescas para mi novela espere a que se cargara el Word.

Apenas comencé a escribir sentí esa inspiración del escritor, cosa que solo puedo comparar con lo que debe de sentir un atleta o un apostador cuando juega un buen partido o tiene una buena racha.

El tiempo paso a estar de segundo plano, termine todo un capitulo en menos de una hora, guarde mis muy apreciados avances mientras me recline hacia atrás en mi silla, feliz…

¿¡Qué fue eso!?

Me voltee, otro extraño susurro recorrió mis oídos “ven a mí”, dijo esa espantosa y por algún motivo que no puedo explicar cautivante voz. Pero no debe ser nada, el sueño me pego de repente, solo eso. Apague la computadora y encendí las luces, mi cuarto es amplio y bien decorado, mi buen gusto para la decoración en su máxima expresión. Busque en mi mesita de noche mi libreta y un lapicero.

“Otro capitulo completo, faltan dos capítulos para el desenlace” escribí. Sé que es una tontería remarca algo que ya sé pero todos tenemos nuestras mañas y hábitos raros, ¿no?

Bostece con fuerza y volví a guardar la libreta y el bolígrafo. Apenas cerré la gaveta escuche un fuerte, lento y espeluznante chirrido a mis espaldas. Me voltee y mi la puerta de la habitación se abría por si sola, nada, ni una ligera brisa que abriera la puerta, no me puedo engañar, eso si que me asusto.

Puse los brazos sobre mi pecho, como una especie de escudo, no sé como me podría servir o proteger esa postura, pero lo que si sé es que camine hacia la puerta y salí de mi habitación. Mire a todos lados del oscuro pasillo de la segunda planta, vacío. Respire aliviada, pero no me duro mucho.

De repente sentí una ligera y fría brisa que recorrió por mi cuello, como si una persona hecha de hielo me respirara en la nuca. Gire sobre mis talones, pero no hay nada en absoluto.

The Rising and the Chasing of the SunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora