Custodiada por dragones!🐉[FatKiriTamaxFem!reader] Lemon 18+ AU

Llovizna, Humo

Narras tú.

Para cuando regresamos al castillo ya es de noche. El cielo se ve despejado y una corriente de aire frío nos envuelve al instante cuando nos acercamos a nuestro hogar. Contrasta con la cálida brisa de la que disfrutábamos hace unas horas en la playa.

"Tamaki, no estás cansado?" pregunto. Aparte de nuestro encuentro en la playa también hemos recolectado pescado y algunos cocos extra, mismos que lleva cargando en canastas atadas al harnés. Me siento mal de no poder ayudar a cargarlos. De hecho, es algo molesto que tengan que llevarme y traerme, pero no puedo hacer mucho para remediarlo cuando se trata de distancias tan largas.

Además de que no conozco este continente...tal vez debería conseguir un mapa para almenos saber donde queda cada lugar.

"Un poco" me responde "Pero ya casi llegamos. Espero poder tomar un baño"

Yo también quiero tomar un baño. Tengo el cabello revuelto, lleno de arena y la piel seca, cubierta de una fina capa de sal.

Tal como en la ocasión anterior comenzamos a descender, aunque Tamaki lo hace de forma más pausada. Minutos después tocamos tierra y nos encontramos en el jardín del castillo nuevamente. Bajo de su lomo para desatar las canastas con nuestra colecta que caen al piso con un fuerte ruido. Cuando termino el dragón exhala y agita los músculos de sus alas.

"Perdón, creo que estoy un poco pesada"

"Para nada. Eres liviana como un hada, destello... Yo soy el que tengo baja estamina".

En un parpadeo el dragón se ha ido, revelando al joven pelinegro. Trae puesta la ligera túnica que utiliza para dormir, pero esta se ha ensuciado en nuestra cita.

"Déjame ayudarte con la canasta" me aferro a la que trae pescado antes de que pueda tomarla.

"Pero...está pesada..."

"No te preocupes, puedo con ella. En serio-"

Vaya, si que está pesada. Aún así no pienso rendirme y camino con ella en dirección a la entrada de la cocina, sujetándola firmemente de las asas. Una vez ahí Tamaki me ayuda a vaciarla en un espacio construido en piedra y colocado en la esquina más oscura del cuarto. Esto los mantendrá frescos por ahora.

Es curioso. Todo parece encontrarse en silencio aunque el cuarto común y el del comedor se encuentran iluminados. De pronto un par de risas se deja escuchar, pero son de voces desconocidas para mí.

"Y así es como haces caer a un centauro, colina abajo".

"Cállate, ya te dije que no me había fijado. No es mi culpa que el terreno estuviera tan irregular"

"Qué los centauros no son mitad cabra o algo?"

"Obvio no, deja de molestar niño pollo"

"Así que por eso traías el tobillo vendado. Qué mala suerte, Rumi. Algo más de cerveza?" por fin una voz que conozco irrumpe en la conversación. Se trata de Kirishima.