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Dicen que nada es para siempre y el amor no tiene porque ser la excepción.
Luego de años juntos, el matrimonio de Namjoon y Taehyung se había estancado, el avance se convirtió en retroceso, la felicidad en enojo y las...
Una larga y lenta semana pasó ante los ojos de Namjoon, quien aún no podía creer que había estado tantos días sin Taehyung a su lado, ya comenzaba a extrañaba las pequeñas discusiones por cualquier cosa, la voz del chico y su característico perfume.
Había invertido toda su semana en tratar de comunicarse con Taehyung, Hoseok iba en serio con lo de ayudarlo. Todos los días llegaba con una nueva idea para revivir la relación, desde regalos hasta cartas y coqueteos que no eran del estilo de Namjoon.
Lo había hecho todo por Hoseok ya que parecía muy confiado en la efectividad de sus ideas, cada vez que se enteraba de que no habían respuestas se entristecia para luego motivarse y proponer otra cosa.
Llegaron a pasar bastante tiempo juntos, aun cuando no estaban en horario de oficina. Hoseok sentía que su buen gusto ayudaría a hacer los mejores regalos por lo que llevaba al mayor a recorrer tiendas en busca de regalos perfectos.
Namjoon se preguntaba que estaba sucediendo con su esposo, no era normal en él ser tan rígido. Llegó a pensar que tal vez los regalos no estaban llegando, pero la realidad era que Taehyung simplemente se negaba a mostrar algún tipo de reacción hacia ellos.
―Kim, tengo una idea, ¿que tal si le llevas mariachis? ―Hoseok llegó hasta el escritorio de Namjoon arrastrándose sobre sus rodillas aprovechando que sus puestos de trabajo no estaban muy lejos. Se había convertido en una costumbre el escabullirse para que nadie notará que no estaba en su silla.
―No creo que se lo tomé bien, no le gusta el ruido ―el mayor susurró mientras dejaba caer su mano en la cabeza de Hoseok acariciando su cabello como si fuera un cachorro.
― ¿Crees que le haya pasado algo? No entiendo porque no da señales de querer volver y tener una noche de pasión y esas cosas de adultos ―pinchó juguetonamente la pierna de Namjoon
―Tu también eres un adulto tonto.
―Si pero ustedes están casados, eso los hace más adultos y viejos ―Hoseok hizo una mueca con su nariz causándole una pequeña risa al mayor.
―Gracias, te ganaste el tener que comprar mi café a la hora del almuerzo ―Namjoon pudo ver como la expresión de diversión en el rostro de Hoseok se transformaba en indignación.
―¿Por qué?
―Porque estoy sobre ti en la jerarquía ―contestó con superioridad.
―Pero... ―Hoseok intentó argumentar pero fue interrumpido.
―Nada, a trabajar niño ―Namjoon hizo un ademán con su mano para hacer que Hoseok volviera a su puesto de trabajo.
― ¡No me digas así! ―el menor se quejó por lo bajo frunciendo su ceño.
―Eso eres, ¿o prefieres que te diga bebé? Justo ahora pareces uno ―la pregunta y apodo tomó por sorpresa a Hoseok, sintió un ligero sonrojo en sus mejillas al pensar en Namjoon diciéndole bebé cariñosamente como solían llamarse las parejas.
Totalmente derrotado, Hoseok volvió a su escritorio y se concentró en su trabajo tomándose pequeñas pausas para observar a Namjoon.
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