⟨ Prólogo. ⟩

1.4K 94 12
                                    

🌻

19 de Junio de 2003.

— Entonces, Mikey, ¿Para qué quieres que nos reunamos en el santuario?

— Se los diré ahí, lo prometo. — Respondería el de menor estatura. — Oye, ¿Por qué Jūzō-chan no está contigo, Baji?

— ¿Ah? No es mi turno de cuidarla, está con Pah. 

— Entiendo. — Comentaría el rubio, mirando por un momento a la autopista, esperando ver pronto a la jovencita anteriormente mencionada. — Por cierto, tu motocicleta es genial. — Agregó con una pequeña sonrisa.

— ¿Verdad? Mi Goki es la mejor de todo Tokio.  — Esbozó una sonrisa también, mostrando sus caninos afilados. 

...

— ¿De qué están hablando? Mi motocicleta es la mejor, claramente. — Entonces, frente a la luz roja, un chico con un tatuaje en la cabeza, un año mayor que los otros, se estacionó a su lado, presumiendo su vehículo.

— Ya quisiera... — Le faltó una S al pelinegro cuando vio que otro joven más se colocaba a la diestra del rubio mayor.

— ¿Por qué hablan como si no estuviera aquí? Es obvio que mi motocicleta es superior. — Mitsuya, como siempre, lucía calmado y relajado.

... 

— ¿Qué dicen? KH es mucho mejor que sus vehículos, todos lo sabemos.  — Finalmente, un muchacho de camisa violeta aparecería en la popular moto.

— Uwaah!

Entonces el grito emocionado de una femenina se hizo presente en sus oídos, desvaneciéndose un poco por la velocidad con la que había pasado. Los jóvenes miraron una cabellera negra algo corta elevarse y flotar por el viento cuando aquella motocicleta frenó a unos metros de ellos; la pasajera, a diferencia del conductor, llamaba mucho la atención. Baji frunció un poco el ceño mientras miraba a su consanguínea a una cercanía preocupante de su otro amigo, queriendo alzar la voz un poco antes de ser interrumpido por el robusto y alto Pachin. 

— ¡Hagamos una carrera hacia el santuario! El perdedor recibirá un castigo. — Propuso, mirando a la chica antes de volver su vista al frente, arrancando el vehículo con cierta velocidad para salir disparado hacia su punto de encuentro. 

— ¡Uh-oh! ¡Más deprisa, Pachin-kun! — Exclamó la sonriente niña, alzando un brazo al aire mientras se alejaban de sus amigos.

— Agárrate fuerte o te caerás, pequeña.

— ¡ōi! ¡Pah! ¡Aleja tus sucias malas influencias de mi hermana! — Le gritó Baji, acelerando la moto junto al resto de chicos. — ¡Espera! ¡Mikey! ¡No te quedes dormido así! ¡Te caerás, idiota!

°°°

— Llegas último, Baji. — Dijo Draken cuando vio a un cansado Baji subir hasta ellos con el apenas despertado Mikey en la espalda.

— ¿Acaso es su culpa? Mikey-kun se quedó dormido antes de siquiera empezar la carrera.

— Eso, eso. — Apoyó Pah a su amiga.

— No importa, ¿Para qué querías vernos, Mikey? — Volvió a intervenir Ken.

— Ah, eso. — Bajando de la espalda del apellidado Baji, el pequeño se alejó de este mientras bostezaba y caminaba hacia un pequeño templo que estaba cerca, comenzando nuevamente su discurso. — ¿Han oído hablar de Black Dragon? 

Arte Al Estilo Juuzo. | Tokyo Revengers × OC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora