Las cuatro estaciones de Vivaldi recorrian los pasillos de la estancia provocado placenteras vibraciones en mis oidos. Un dulce aroma anunciaba el famoso pastel frutal de Berta y los tenues rayos del sol se colaban a travez de las cortinas azuladas anunciando la llegada de la tarde.
-¡Dios mio! No he salido de la cama en todo el dia –murmuro poniendome en pie tan rapido que mis pies se enredan con el borde de la alfombra y por poco caigo al suelo.
Lo primero que hago es abrir las puertas del balcon para ventilar mi habitación. Una fuerte y agradable brisa acaricia mi rostro mientras mi cabello se alborota frente a mis ojos. Sonrio complacida. ¿Que mas da si habia pasado todo el dia en mi cuarto? Despues de dos largos meses lejos de casa merecia este Descanso, supervisar el negocio familiar no es tarea facil.
Baje la mirada y la repentina visión de un hombre observandome desde el jardin me hizo brincar de susto. Apenas alcance a ver como extendia la mano para saludarme cuando ya estaba saliendo en busca de mi ama de llaves.
-¡Berta! ¡Berta! –Grite varias veces bajando las escaleras y al poco tiempo la pequeña y regordeta mujer aparecio frente a mi con su delantal de cocina atado a la cintura, el rostro lleno de manchas de harina y el enorme cucharon para sopa empuñado como si fuera un arma.
-¿Sucede algo señora? ¿Esta bien?
-Hay un extraño justo fuera de la casa –exclame señalando la puerta de entrada mientras tomaba el telefono con la otra mano— de alguna forma logro saltarse la reja de la entrada, sera mejor llamar a la policia.
-Oh, no hay de que preocuparse señora –dijo soltando una pequeña risa—debe ser el señor Ivan.
-El señor Ivan? Yo no conozco a ningun Ivan
-Es el jardinero.
-No tenemos jardinero
-Ahora tenemos uno, usted me pidio que lo contratara ¿recuerda?
-Oh –Fue lo unico que logre musitar mientras baja lentamente el telefono avergonzada de mi mala memoria. Era cierto. Poco antes de partir a los viñedos me obsecione con la idea de mejorar el jardin con una gran fuente rodeada de hermosos tulipanes.
-Lo siento, lo olvide por completo –me frote la cabeza aliviada, por un momento pense que alguien habia logrado burlar la seguridad de mi hogar –¿encontraste alguien bueno?
-¡Encontre al hombre perfecto! no solo es un excelente jardinero sino que ademas es el mismo hombre que construyo la fuente de los Pevencee, ¡Dos trabajadores en uno! ¿recuerda la fuente de los Pevencee verdad?, incluso fueron ellos quienes me lo recomendaron.
-Bueno, esa es una gran noticia –admiti complacida. Los pevencee eran una de las familias de ricos mejor acomodadas del sitio y seguramente no recomendarian a una persona que no fuera de su entera confianza—me gustaria conocerlo.
-¡Por supuesto! ¡ya vera como es un hombre muy agradable! –exclamo Berta con su muy usual exceso de carisma.
La segui hasta el jardin y a unos pocos metros lo vi agachado, de espaldas, empujando una gran piedra de forma casi redonda que habia estado varios años estorbando el paso cerca del sendero de arboles que llevaba al enrrejado de la casa.
-¡Señor Ivan! Lo necesito aca un momento, la señora de la casa quiere conocerlo— Grito Berta con su estridente voz y el hombre abandono su trabajo para voltear a vernos.
Mientras caminaba hacia nosotras me sorprendi ya que esperaba ver a alguien mas maduro y aquel era solo un muchacho, de no mas de unos 20 años. Sus risos humedos por el sudor se adherian sobre la frente y pude notar como respiraba pesadamente entre sus labios. Su camisa blanca desabotonada hasta la mitad dejaba a la vista un sudoroso y bien formado pecho. Era como una vision del hombre que en mis epocas de adolescencia habria considerado atractivo...claro, hablando del pasado por que en el presente solo veia alguien que apenas habia salido de los pañales
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Terrenos cruzados
Storie d'amoreEl mundo esta dividido en terrenos y para Roxanne esta bastante claro que su terreno no puede ser cruzado por cualquiera que no cumpla con una serie de reglas especificas. En realidad no es que las halla creado de forma consciente, simplemente es l...