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Una semana atrás...

Un día como cualquier otro, Dazai, caminaba despreocupado por una de las calles menos transitadas en Yokohama, con un peinado algo arreglado y un abrigo completamente distinto al que uso antes de aventurarse a su destino.

Debía encontrarse con Chuuya en unos pocos minutos, pensaba en las cosas que había planeado, y si todo salía bien, uno que otro beso por la noche sería su recompensa.

Estaba muy sumido en sus pensamientos hasta que un sonido algo cerca lo saco de su subconsciente.

Pensando en algún posible enemigo o alguien que lo estuviera siguiendo, dió la vuelta para solo encontrarse con un gato entre varios contenedores de basura en un callejón.

Era uno gris claro, posiblemente blanco y tenía algo de suciedad y polvo, ojos azules y con un pequeño trozo de lechuga, sacado de la basura, en su boca.

Se le quedó mirando por unos segundos, hacía mucho que no veía un animal por estás zonas, tal vez era un gato desaparecido o solo se perdió.

Pensó muchas cosas hasta caer en cuenta de un pequeño y diminutivo detallé.

Cerca de aquí era la ruta habitual para llegar a la casa del presidente Fukuzawa, si llega a pasar por aquí y escuchar al gato no dudaría en acercar y ofrecerle comida.

Pensarías que no habría problema alguno, ya que el se dirigía a otro sitio y la verdad no había problema alguno.

Exacto, había...

Dazai realizó una llamada a su querido pelirrojo, solo para decirle que si podían encontrarse cerca del lugar donde estaba el gato.

Al cabo de poco y justo tiempo, llegó el pelirrojo frustrado de que cambiará la dirección a última hora, acaso no podía avanzar unos cuantos kilómetros más?

-Que mierda ocurre, Dazai?-

-Solo te quería para una ayudadita, me termine perdiendo y no sabía cómo llegar- Dijo mostrando unos ojos de niño que no convencieron en absoluto a Nakahara.

-Es que eres idiota? Haberme lo dicho por teléfono y te guío o te pasaba la dirección- Esto sería muy agotador.

-Pero no tengo permitido ver a mi novio un poco más de tiempo?- Dijo elevando el tono un poco más alto de lo habitual para resaltar la palabra "Novio", recibiendo un fuerte codazo en las costillas causando un queja.

-No lo tendrás si sigues gritando de esa manera, vámonos de una vez-

El castaño lo miro divertido y antes de avanzar tomó la mano del más bajo mano entrelazadola con la suya sin previo avisó.

Terminando este recuerdo con nuestra querida pareja dirigiéndose a su cita, el sonido de un paso en seco por parte de una tercera persona y un Dazai con una sonrisa de oreja a oreja.

Todo salió perfecto...

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En la actualidad...

El presidente caminaba por la misma calle de hace una semana, aquella calle que fue testigo de un amorío secreto y prohibido, un amorío que se supone nadie debe conocer y él junto a un viejo colega conocen.

Se acerca a paso tranquilo hasta donde vió a su empleado y "pareja" marcharse. Llegando solo para recordar aquel suceso y miles de cosas rondarán por su mente.

Siempre se encontraban ahí? Cuánto tiempo llevaban escondiendo? Fue esa la razón verdadera del cambio de Dazai? En qué momento había ocurrido todo esto?.
Estás eran unas de las tantas preguntas que su cabeza hacía, podría llamar a Ranpo y preguntarle pero decidió abstenerse de hacerlo, como iba a ser el presidente de una agencia de detectives si no es capaz de resolver este simple misterio?

Claro, acudió a su rival para que estuviera enterado, de que otra manera debía saber que uno de sus subordinados y un importante ejecutivo salía con uno de sus empleados y ex-miembro de la mafia.

Obviamente no le creyó del todo, pero cuando recibió un mensaje de el diciendo que se vieran para discutir sobre esto, supo que por fin le había creído. No tuvo ni la más mínima idea de cómo o por qué, pero lo importante era que lo había echo y necesitaba resolverlo.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no escucho unas pisadas a su espalda, de ser un enemigo fácilmente pudo haberle echo daño pero no fue así.

-Que lo trae por estos rumbos, presidente?- aquella voz era de la persona la cual estaba opacado sus pensamientos.

El albino dió media vuelta para estar cara a cara con el castaño, su ropa habitual y no un atuendo arreglado, qué estaba tramando?

-Nada, solo camino a casa- Respondió seco.

-Que yo recuerde su casa queda unas cuantas cuadras atrás y no creo que la mala orientación de Ranpo-san sea contagiosa- Una sonrisa daba a entender el porque se encontraba ahí.

-Tienes razón, estaba encaminado me hacía una cafetería cercana-

-Oh~ ya veo, entonces no lo interrumpo más, disfrute de su día, presidente- Dicho esto siguió avanzando para luego desaparecer al doblar una esquina.

El albino sabía que algo estaba tramando su empleado, pero al no saber que era decidió dejar esos pensamientos con un ligero movimiento de negación con la cabeza.

Y es que la verdad no mentía, se dirigía a una pequeña cafetería poco concurrida, alguien ya lo estaba esperando.

Un viejo amigo con el cual debía charlar lo estaba esperando...

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Buena tarde, noche o día dependiendo de dónde lea.
Gracias por leer!
Debería cambiarle el nombre a la historia? Siento que no queda muy bien relacionado con la trama, ustedes decidan ^^
Nos vemos! Bye bye

El Amor Es DifícilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora