Maestro De La Muerte

Capítulo 14

Punto de vista de Harry

Lo único que puedo ver es el golpe de cada Orco, apenas logro parpadear cuando logran cortar mi piel, pero momentos después caen sobre mi propia espada. Han pasado al menos dos horas desde que comenzó la batalla. Gotas de sudor ruedan por mi frente hasta mis ojos, mi cuerpo duele por todas partes y está completamente empapado. Puedo decir que casi ha terminado, y estoy agradecido por mi magia, sin ella, seguramente me habría derrumbado de agotamiento. No puedo evitar pensar que sucederá tan pronto como termine esta pelea. Sigo agachándome y tejiendo, siento como si estuviera bailando alrededor de los golpes y los golpes que me envían. La sangre de los orcos ahora me cubre, mezclada con mi propia sangre y sudor.

Es otra media hora antes de que los Orcos finales caigan a mis pies. Limpio mi espada antes de deslizarla de nuevo en la funda, inclinándome con las manos en las rodillas; mi respiración es dificultosa. Rápidamente maniobro a través del desorden de cuerpos. Me alejo del campo de batalla antes de colapsar en el suelo. La caída reabre muchos de mis cortes a medio curar. Sé que estoy retrasado, pero en mi estado actual no voy a poder continuar, y creo que es mejor que me sirva de algo, y para eso debo descansar y curarme lo más posible. Sé que Legolas está esperando y que Gandalf también estará allí para ayudar. Dejo que mis ojos se cierren. Mis párpados están tan pesados ​​que caigo en un sueño profundo.

El sonido de Ents me despierta. No reconozco el sonido al principio, pero claramente es el sonido de algo en profunda y terrible angustia. Me levanté de inmediato, dándome cuenta de que eran los Ents, quiero ir a ayudarlos, pero también sé que Helms Deep tiene una mayor necesidad y Legolas también está allí, además de que los Ents tienen a Merry y Pippin. Sé que los pequeños Hobbits ayudarán a los ents con su ingenio y rapidez de pensamiento. Algo sobre las diferencias entre los Ents y los Hobbits me asegura que encontrarán el éxito. Los Ents, con Merry y Pippin, serían mucho más fuertes. Inicialmente me reviso a mí mismo, sin encontrar nada que necesite mi atención. Rápidamente vuelvo a correr hacia mi destino.

No estoy muy lejos de la batalla cuando cae la noche, el aire está pesado con la tensión de la guerra. Finalmente, veo al ejército del enemigo Saruman en marcha. Sé que no llegaré antes de que comience, pero esto no me hace vacilar.

' Tengo que darme prisa ...'

Punto de vista en tercera persona

La gente de Helms Deep está ansiosa y los remanentes de la confraternidad podrían sentir la tensión en quienes los rodean. Todo el mundo está preparado para la batalla que se avecina: los jóvenes, los maridos, incluso los muchachos que podían portar armas fueron obligados a luchar y se los llevaron para armarlos. Las mujeres lloran por sus familias, esperando contra todo pronóstico que los hombres regresen sanos y salvos. Otros están desesperados, llorando por aquellos que inevitablemente pasarán, su esperanza ya está perdida. La confraternidad pudo verlo en sus ojos y en sus corazones mientras se despiden. Los miembros de la confraternidad que están allí: Legolas, Aragorn y Gimli corren para ayudar a otros a prepararse.

Legolas está evitando a Aragorn, la tensión no solo había afectado a la gente de Edoras, sino también al Príncipe Elfo. Había considerado la batalla desesperada y estaba seguro de que era una sentencia de muerte para todos. La preocupación de Legolas estaba en su punto máximo por sus amigos, y su miedo y ansiedad por Harry solo aumentaron la tensión, lo que hizo que estallara. Más que nada, todavía extrañaba a Harry, que ahora llegaba con más de dos horas de retraso. El Elfo desearía poder preguntarle a la Muerte de alguna manera sobre el bienestar de los magos, pero sabe que necesita concentrarse más en la tarea que tiene entre manos. En el fondo de su mente, el miedo persiste, incluso si Harry es un maestro de la muerte, no significa que no pueda sentir dolor, estar cautivo o cualquier otro destino terrible.

Sin embargo, Legolas no está seguro de si volverá a ver a Harry, si saldrá vivo de esta batalla. Podía luchar por ello con todo lo que tenía, y le gustaría ver esos brillantes ojos verdes una vez más.

El ejército está a punto de llegar a las puertas cuando Legolas se acerca a Aragorn por primera vez desde su discusión.

"Aragorn. Deseo disculparme por lo que dije. Es solo ..." hace una pausa y vacila.

"Está bien, la disculpa es aceptada. Entiendo Legolas; todos estamos preocupados. Debemos concentrarnos en esta batalla primero, pero hay esperanza; Gandalf vendrá a ayudarnos. ¿Pelearás a mi lado?" Preguntó Aragorn, con los ojos llenos de determinación.

Legolas asiente. "Sí, hasta mi último aliento."

La luna se ha elevado sobre sus cabezas y con ella viene una tormenta. El trueno golpea sobre las cabezas de los soldados, un rayo les permite ver claramente al enemigo acercarse antes de que se detengan a una corta distancia, esperando. Cuando el cielo se abre en un aguacero, la primera flecha se suelta, golpeando a Orc justo en la frente. Tan pronto como el Orco golpea el suelo, el enemigo lanza un grito de batalla enloquecido, cargando hacia adelante con toda su fuerza. Los soldados respondieron de inmediato con descargas de flechas. Caen decenas de orcos, pero eso no los frena. Después de unos minutos, están en las paredes y la puerta de Helms Deep, subiendo. Legolas, Aragorn y Gimli se defienden incluso cuando tienen que comenzar a retirarse. El estómago de Legolas está tenso, la preocupación arruga su frente mientras el sudor le corre por la sien.

Los tres esperan con todo lo que tienen que superarán esto, que Gandalf aparezca. Que Harry está bien y que los Hobbits están a salvo.

Es temprano en el amanecer cuando Harry se detiene en la cima de una colina que domina la batalla que se libra debajo. El pavor se acumula en su estómago mientras lo asimila todo; la carnicería le devuelve imágenes de la Batalla de Hogwarts, y trata de deshacerse de ellas. Los gritos y gritos de agonía lo rodean, por un momento, es incapaz de dejar atrás sus recuerdos. Cuando finalmente ve a Aragorn luchando contra un pequeño grupo de Orcos, los recuerdos que lo atormentan se rompen y se abre camino. Volviendo a la batalla, Harry siente que una extraña calma se apodera de él, la Muerte hormigueando en la punta de sus dedos. Instintivamente sabe que no es exactamente lo normal para realmente sentir el toque de la Muerte como lo es ahora Harry, como si la entidad estuviera parada a su lado - diablos, Harry prácticamente podía imaginar a la Muerte mirando de reojo al ejército con una anticipación emocionada filtrándose por cada poro.

Sacudiendo el momento, Harry se precipita colina abajo con su enfoque completamente en las líneas enemigas delante mientras saca tanto la espada como la varita. A lo lejos, Harry es consciente de que ahora hay demasiados que se dirigen hacia él como para no sentirse abrumado por ellos. Por supuesto, debería haber previsto esto, pero con la Muerte respirando en su cuello y la desesperada necesidad de llegar a Legolas, Harry no pensó antes de apresurarse. El pánico se instala en el lugar donde la Muerte había estado hace unos segundos, y Harry escribe con mayúscula. en el caos y rápidamente lanza maldiciones al enemigo convergente, la espada corta a otros, sus movimientos son demasiado rápidos para competir incluso con un Avada Kedavra .

' Mierda, mierda, mierda.' Harry se maldice a sí mismo, apenas esquivando un golpe en su pecho, solo para ser golpeado por una hoja diferente en su mejilla, perdiendo por poco su ojo.

' Piense, Harry. No había habido tantos Orcos antes en su camino a Helms Deep. Un grupo cae para hacer espacio para el siguiente grupo, con Harry agachándose, balanceándose y gritando; la sangre ya lo recubre tanto del enemigo como de sí mismo. Solo cuando mira hacia arriba y ve a Legolas en la cima de la fortaleza luchando contra los Orcos, se le ocurre.

¡ Eres un mago por el amor de Merlín! Puedes ver a Legolas bastante bien desde aquí, ya sabes a dónde ir, ¡maldita sea, aparate allí! Harry dio un último golpe de su espada antes de girar en su lugar y alejarse, dejando atrás un lío de confusión entre los soldados que había dejado atrás.