¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El tiempo de receso había terminado. Ochako caminaba con tranquilidad rumbo a su clase, siendo acompañada por sus amigos Iida y Midoriya. Entraron al aula y cada uno se dirigió a su lugar.
—¡Uraraka! —Ashido la recibió gritando con emoción, corrió hasta a ella y comenzó a mover sus brazos frenéticamente—. ¡Te dejaron un regalo!
La pelirosa daba saltitos mientras Ochako se acercaba a su asiento con un carmesí claro adornando desde sus mejillas hasta la punta de su nariz.
—¿Un regalo?
Estaba genuinamente sorprendida. A pesar de haber leído la primer carta, llegó a pensar que sería solamente una broma. Jamás esperó que al día siguiente del aviso llegarían a darle el primer regalo.
Sobre su mesa había un pequeño paquete con un papel doblado encima. Tomó ambos y los inspeccionó curiosa, y un poco avergonzada.
Era una bolsita transparente que guardaba en su interior una cajita de pokis de chocolate. Estaba amarrada en la parte superior con un listón rosado, y un pequeño botón en forma de sakura como adorno. Bajo los pokis había algo de serpentinas de papel Delgado con diferentes tonalidades rosadas y rojizas.
Aquel detalle le pareció tan dulce que no pudo evitar ocultar su rostro, había tomado por completo un color rojo como el lado izquierdo de Todoroki.
No se había tomado el tiempo de pensar cómo sería la dinámica, y encontrar no sólo los dulces si no también la envoltura hecha con tanto fervor la hizo sentir muy feliz. Su corazón ardía con la misma intensidad que su rostro.
—No tenía idea de que tuvieras un pretendiente, y mucho menos tan detallista -mencionó Jirō con una ligera sonrisa, poniendo aún más nerviosa a la castaña.
El tutor del aula entró pidiendo que se sentaran. Ochako aprovechó el momento para leer la carta sin que Ashido gritara, casi podía jurar que se emocionaba más que ella misma.
Desdobló cuidadosamente el papel, el cual parecía haber sido arrancado de un cuaderno cualquiera, pero se notaba el esfuerzo en recortar los bordes. Estaba decorada con un margen sencillo a plumón y unos pequeños corazones en la parte inferior además de lo que suponía, era un intento de dibujar un gato.
La letra era pequeña y estaba amontonada, pero aún alcanzaba a ser legible.
■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■
¡Perdón perdón perdón! Olvidé hacer la carta ayer y tuve que hacerla a media clase antes de que iniciara el descanso
Arranqué una hoja de mi libreta y Pony me prestó sus marcadores para decorarla un poco
No pienses que te estaba haciendo una broma, jamás haría eso. Sólo tuve unas cuantas complicaciones
Dibujé un gato, ¿te gusta?
No me digas que no te gustan los gatos porque me muero
Es decir, está bien, ¡Pero dibuje uno, y si no te gustaran sería un desastre!
En fin, me alegra que no hayas tirado la primera carta, quiero pensar que significa que no te molestaré con mis cosas ᰔ
¿Te gustan los pokis? A mi me encantan
Me estoy quedando sin espacio para escribir así que usaré lo que queda de una buena manera
Eres cómo una estatua de caramelo. Tu piel me recuerda a la dulce vainilla, tus brillantes labios parecen estar cuidadosamente decorados con jalea de fresa, mientras que tu cabello y tus ojos parecen tallados con chocolate puro
Tienes todo lo que me gusta y lo que le da vida al mundo, a mi mundo ♡
■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■
Ochako golpeó ligeramente su frente contra la mesa. Jamás habría imaginado que una hoja de papel lograría darle tantas sensaciones a la vez, y provocarle tantas emociones tan maravillosas
Le parecía extraño el pensar que una desconocida le provocaba tales reacciones, pero vaya que tenía habilidad con las palabras, al menos para ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Jade.
Se encontraba caminando hacia su casillero para tomar sus cosas e ir a casa cuando la delegada de su clase mencionó su nombre.
Kendo estaba de pie frente al casillero de Minami, señalandolo con su dedo índice.
—Hay una nota en tu casillero.
—¿¡Cómo!?
Se acercó rápidamente y tomó la nota.
Gracias por los pokis, también me gustan mucho Y no te preocupes, adoro a los gatos
Justo abajo del texto había un pequeño dibujo de un gato gris, mucho mejor que el que había hecho.
—¡Oh por Dios! ¡Gané en esta vida, esta será una reliquia familiar ahora!
Chilló de emoción y comenzó a moverse frenéticamente. Kendo sonrió viendo su actuación, ya imaginaba quien era la autora de la nota.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.