-Three-

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Madelaine Petsch



¿En qué momento de mi vida todo pareció irse en picada? ¿Acaso pude evitarlo? No lo sabía, el caso es que ahora permanecía en los brazos de una desconocida, era cálido, me brindó un refugio que aparte de Verónica nadie se había atrevido a brindarme, suspiro, y avergonzada solo pude secar mi rostro con las palmas de mis manos finalmente separándome. Había llorado lo suficiente como para sentir mi cabeza doler, pero el alivio momentáneo apareció y en ese instante, me sentí capaz de abandonar sus brazos.
Sucumbí frente a una desconocida ¿Qué tan bajo había llegado? Estaba molesta conmigo misma por no poder ser capaz de resistir un poco más, pero aún así, sentía cierta gratitud por la persona que permaneció a mi lado hasta que mis lágrimas cesaron.

— Yo... No sé cómo alguien tan siquiera puede soportar eso... —La escucho murmurar, débilmente.

Formo una sonrisa sin gracia alguna y asiento sin responder, su rostro luce rígido, sus cejas permanecen fruncidas, y pude notar que en un destello de frustración, desacomodó un poco su cabello.

— De alguna forma... Te admiro, sabes? No cualquiera soporta tanto...

Sin querer seguir profundizando en ello, solo tomo una bocanada de aire y exhalo, queriendo calmarme. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Agradecer? Mi rostro posiblemente era un desastre de lágrimas y maquillaje corrido, ¿Cómo ahora podría fingir ante ella? No quería fingir más, me desconocía, y lo único que sentía ahora, era lo que quería expresar.

Abro mis labios queriendo vocalizar, pero me es difícil.

Solo agradece, no seas como ellos.

— Gracias por escucharme... —Susurro, cabizbaja— De verdad, me hacía falta.

— No, no pasa nada, fué todo un gusto.

— No, en serio —Insisto, teniendo el valor para observar su rostro, tan siquiera supe el porqué pero la sonrisa que mostré, realmente no fué fingida— Yo... Necesitaba a alguien y tú te quedaste acá, de verdad gracias.

Su suspiro es profundo, cómo si intentase calmarse también, ¿Acaso dije algo malo? No obstante, sus facciones se suavizan así también sonriendo, mostrándome que solo estaba inquieta.

— ¿Segura ya estás bien?

Esperaba que no insistiese, pero evidentemente hoy todo estaba fuera de mi control, no quería hablar mucho, sabía que mi voz aún podría estar débil, y mi rostro seguramente aún estaba decaído, pero debía responder, ¿Qué había de malo en hablar si ella ya sabe cuán jodida estoy?

— S-sí, por más tonto que pienses que es... Solo quería que alguien me escuchara y me hiciera sentir que al menos no soy una exagerada con esto —¿En serio lo dije? Agobiada por mi poca estabilidad, tan solo me inclino hacia adelante y apoyo mis codos sobre mis rodillas.

Justamente ahora solo quería evitar el sentimentalismo o el expresarme de más pero al parecer, mi boca insistía en hacer todo lo contrario.

Su mirada está sobre mí, lo sé porque la siento, también lo noto de soslayo. ¿Está confundida? ¿Que siente? Ojalá pudiera preguntarle a Vero el si estoy haciendo mal tratando de evitar el tema.

Me trago un sobresalto cuando ella se acerca un poco más y coloca su mano sobre mi hombro— No creo que es tonto, y tampoco exageras... Si algo te hace daño, entonces no hay que invalidar lo que sientes.

Sus palabras son tranquilas, suaves, cómo si supiera exactamente qué decir. Aturdida observo su mano sobre mi hombro, luego miro su rostro. Allí aparece esa media sonrisa otra vez, inhalo y tan solo niego levemente— El expresarme nunca ha sido mi fuerte.

Kiss Me (Madelaine y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora