Día 3.

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Hoy me encontraron llorando cerca de un árbol.

Lo siento cariño, te juro que intenté ser fuerte y no pensar en ti, pero es difícil.

No me gustan las mañanas sin ti. Hacía tanto frío y no estabas abrazandome para hacerme entrar en calor. Mi cuerpo temblaba, de frío, de necesidad, ya no estaba segura. 

Quería tu cuerpo cubriendome y tus brazos rodeandome. Estaba completamente segura que si alguien más me abrazaba el frío permanecería  y los temblores no se irían. 

Sí, esta soy yo sin ti. 

Tengo frío y no estas aquí. 

Empecé a notar cosas que no había visto antes. 

La gente casi no sonríe en las mañanas, muchos intentan desesperados conseguir algo de café para despertar, mi celular se encontraba extrañamente silencioso sin tus mensajes.

Y me rompí.

En un segundo todo estaba bien y en el otro todo cayó encima de nuevo. Esa gran piedra que me recuerda que a partir de ahora tú ya no ibas a estar presente en mi vida. Que tú estabas por ahí sin sonrisas, buscando café, sin tomar tu teléfono. ¿No extrañas tener un mensaje mío? 

Porque yo sí, lo extraño. Te extraño.

Detesto los Lunes sin ti.

Mis días sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora