🍒DIEZ

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Ahora como hacemos para entrar, apenas me vieron bajar del auto vinieron como avalancha hacía mi.

-¿Estás saliendo con Jayden Collins?

-¿Qué opinas de la ex de Jayden Collins?

-¿Están viviendo juntos?

Millones de preguntas absurdas, tuvo que intervenir la seguridad de la universidad para poder ayudarme a entrar.

Pudimos salir sanas y salvas de ese despelote, me concentro con mi teléfono, alzo la mirada y veo a Delfina caminando hacía el pasillo a unos cuántos metros más adelante de mi, comienzo a hablarle para que se detenga y me espere, pero no quiere escucharme y sigue caminando.
Corro detrás de ella para detenerla y preguntarle que le sucede.

—¡¡¡Delfina espera!!!!!!—expreso agitada y ésta me ignora, sigo corriendo hasta que puedo alcanzarla, le agarro del brazo no tan fuerte.

—¡Delfina te he estado hablando! ¿Qué tienes?  ¿Porqué me ignoras?—digo enfada parada enfrente de ella obstruyendo su camino.

Me he dado cuenta que en todo el camino cuando veníamos en el auto, utilizaba unos lentes de sol color negro muy grandes para su formato de cara, me pareció muy extraño porque solo lo ocupa cuando vamos  a la zw en las vacaciones.

—¿Porqué tenés puesto esos lentes tan grandes? —pregunto

Ni siquiera se molesta en contestar, así opté en sacarle los lentes. Sé que está mal lo que he hecho pero era la única forma de encontrar la respuesta a este problema que me preocupaba muchísimo.

Lo que encuentro es debajo de sus lentes es algo espantoso, en su ojo derecho tiene morado, no sé qué le habrá sucedido pero es preocupante.

—¿Qué te sucedió?, ¿Porqué tienes así el ojo? —pregunto exaltada.

—No es nada, tranquila.

—¡Cómo qué no es nada!, ¡Tienes el ojo morado!.

—Baja la voz, te contaré pero por favor no le digas a nadie, te lo ruego por favor. 

—Esta bien, dime.

—Es que ayer tuve una cita con Santiago en su casa, queríamos abrir una botella de vino y el corcho de la botella salió disparado justo en mi ojo. Por eso no quería mostrarte porque pensé que dirías que no fue así, solo fue un accidente

—Tranquila no diré nada, igual como dices, solo fue accidente, estos pasan sin previo aviso—respondo—¿tus abuelos saben de esto?

—No, no quiero preocuparlos.

En un momento pensé que fue golpeada pero ¿por quién?.

—¿Vas a entrar a clases?—pregunto

—No, sólo vine a buscar algo en la biblioteca, también a traerte ya que estabas enferma y seguro no querías ir en subte.

—En eso tienes razón, hoy debo retirar mi auto del taller. Ya es la hora debo entrar—digo mirando la hora de mi teléfono —Si necesitas algo por favor llámame.

—Si Naz, estoy bien, nos vemos que tengas lindo día.

—Igualmente, más tarde te marco—expreso mientras nos damos un abrazo y cada una marcha a su destino.

Entro a clases, hoy me toca sentarme sola ya que Delfina no vendrá a clases. Siento que alguien se sienta al lado, giro para ver quién es y se trata de Lewis, un chico que salió del closet hace mucho tiempo en la cuál estoy orgullosa de él. No nos hablamos muy seguido pero tenemos una buena relación de compañeros.

Tan sólo tú y yo ✔(En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora