Tan sólo tú y yo ✔(En Proceso)

🍒TRECE

Nazly

Comienzo a despertarme gracias a la luz del sol que entra por la ventana, pero hay un problema, mi ventana está a la izquierda, no a la derecha. Pero comienzo a recordar que no estoy en mi casa si no que en un hotel, pero estoy.... ESTOY CON JAYDEN, ese detalle lo había olvidado. Me siento en la cama lo más rápido pero no hay nadie, en eso escucho el ruido del agua cayendo de la bañera así que se debe estar duchando

.

Estiro mi brazo hacía la mesita de luz, que se encuentra mi teléfono. Lo agarro y comienzo a hacer una videollamada a Edric.

—¡Hola!, ¿cómo estás? —pregunto bostezando

—¡Hola! , estoy excelente

—Pues ya me he dado cuenta con tu gran sonrisa, ¿que hiciste?.

Veo que está acostado en mi cama abrazado a mi peluche

—Anoche salí con Delfi y su novio, pues conocí a una chica

—¡Pero si eres todo un galán! —comento

—Jajajaa, cuéntame cómo están tus padres? —pregunta

—Todavía no he ido a verlos, esperé hasta que amanezca es que llegué a la madrugada y no quise molestarlos, así que me hospede en un hotel.

En ese momento Jayden sale del baño con una toalla envuelta en su cintura. Desafortunadamente mi cámara frontal apuntaba hacía la puerta del baño, Edric supo al instante con quien me encontraba. Mi cara era del color de un tomate

—Edric...

—No te preocupes, ya sé que clase de persona eres.

—¿QUE?, pero porque reaccionas así, que te he hecho...

No termino de hablar que me corta la llamada. Estoy completamente confundida no sé porqué reaccionó así, él está con muchas chicas así como yo puedo estar con muchos chicos, pero en mi caso no estoy con nadie y no le debo ninguna explicación, él solo es mi amigo.

Jayden se acerca y se sienta en la cama

—¿Que pasó? — inquirió —¿Estás bien?

—Si, sólo se enojó porque te vio a ti, así —señalo su prenda de ropa en este momento—No te rías

—Bien que te a gustado la vista —dice levantando una ceja

—Sshhhh, ¡callate!.

—¿Quieres ir a desayunar y luego iremos a ver a tus padres?

—Si está bien, primero iré a ducharme —expreso mientras me levanto de la cama.

Horas después...

—¿Tú crees? —cuestiono mientras repiqueteo mis dedos en la mesa del restaurante al que fuimos a desayunar.

—Pues si, además te ayudará a descansar después de tanto estudio—aclara.

Nos encontramos en un restaurante del centro de la ciudad y Jayden me invitó a ir a Miami con él. Tal vez acepte, necesito tomarme descanso.

—Bueno está bien, tienes razón —comento con una semi sonrisa.

—Sabías que me encanta tu sonrisa —admite poniendo su increíble mano en mi mejilla ruborizada acercándose lentamente hacía mi.

—No tenía ni la menor idea —suspiro mientras él se acerca uniendo nuestros labios por primera vez, comienza a besarme en la manera que jamás experimenté.

No fue un beso como cualquiera, fue unos de esos dónde dejás de usar los labios y das espacio al corazón, uno de esos dónde quisieras que el mundo se detuviera para morir ahí...

—¡Nazly!, ¿Estás bien? —interrumpe Jayden con una mirada extraña.

—¿Qué? —exclamo sorprendida con los codos apoyados en la mesa de forma pensativa sonriendo bobamente.

—Te estaba hablando sobre el viaje y comenzaste a sonreír mirando un punto fijo, eso me asustó bastante, parecías muy feliz con lo que pasaba por tu mente

—Ah lo siento tanto, es que estaba pensando en alguien—respondo

—¿Era algo Hot? Porque hasta te pusiste colorada— asegura riéndose moviendo las cejas de hacía arriba y hacía abajo

—¡Callate! , jajajaja —digo—No tengo la mente dañada como la tuya .

—Eso lo veremos.

Son las 10:30 de la mañana y ya estamos aparcados afuera de la casa de mis padres. Me da mucha ansiedad, hace mucho tiempo que no los veo.

—¿Estás lista para ver a tus padres?—pregunta Jayden

—Si, todo está bien—aseguro.

Bajamos del auto y caminamos hacía la puerta, Jayden presiona el timbre y se escucha un tono musical familiar.

Estoy teniendo muchos sentimientos juntos, la ansiedad me está matando. No hay nada como volver a un lugar que no a cambiado para ver cuánto has cambiado tú y creo que he tenido un gran cambio en mi vida.

A continuación visualizo a una mujer canosa abrir la puerta, después de mucho tiempo por fin la he podido ver, mi mamá. La que siempre estuvo conmigo, en las buenas y en las malas, la que siempre me contuvo en mis malos momentos de vida.

Veo en su cara toda la felicidad del mundo.

—¡Mamá! —expreso eufórica y corro hacía ella para abrazarla después de un año y medio. 

—¡Hija mía, estás aquí no lo puedo creer —dice entre sollozos mientras me abraza.

Nos separamos de ese eterno abrazo confortador, ella se ve espléndida a sus 56 años, la extrañaba tanto.

—Hija, pasa —dice—abriendo la puerta en grande para que pasemos.

Entramos a la casa, todo se ve como antes, todo iba bien hasta que...

—Hija, ¿porque no me dijiste que tenias un novio tan guapo?. 

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