Prólogo

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Kiara supo que algo andaba mal en el momento en que su prometido, Chifuyu, no había contestado su llamada. Era un ritual simple, pero importante. Las noches que el pelinegro llegase tarde, ella le llamaría para asegurarse de que todo estaba bien. Takemichi se lo permitía, es decir... era la hermana menor de su jefe y futura esposa de su primer al mando. Nadie iba a negarle a Chifuyu responder esa llamada.

Pero esa noche no contestó.

Kiara se convenció a si misma de que no pasaba nada, de que simplemente era mal momento y estaban discutiendo algo importante en la reunión. No pasaba nada, Chifuyu le llamaría después. Solo era su cabeza pensando demasiado la situación, pero de alguna forma un mal presentimiento se había instalado en su pecho y se negaba a abandonarla. Aún así, la todavía Sano, se esforzó en convencerse de que todo estaba bien y pasara lo que pasara, su prometido sabía defenderse. Por la mañana despertaría con los brazos de su chico alrededor de su cuerpo y todo aquello solo habrá sido un momento amargo que olvidar. Pero el destino tenía otros planes.

La joven se había dormido en el sofá del pequeño departamento que rentaban. Se había decidido a esperar al joven, pero el sueño y el cansancio le habían vencido y sus ojos se cerraron sin que ella pudiese hacer algo al respecto. Sin conocer el fatídico desenlace de la reunión por la que Chifuyu no había regresado a casa. Y nunca lo haría.

Su teléfono móvil la sacó de su sueño, provocando que saltase del susto casi cayendo del sofá. Al reconocer el sonido de su móvil corrió a su habitación a por el aparato. Miró la pantalla, un número desconocido mantenía la pantalla iluminada, y tras unos segundos de duda, respondió la llamada mientras se frotaba las cervicales, sabiendo que haber dormido en el sofá le causaría problemas más tarde.

-¿Señorita Sano?

- Si, soy yo. ¿Quien habla?

-Soy el sub oficial Kenshin. Lamentamos tener que informarle que hemos entrado a su pareja, Chifuyu Matsuno, muerto en una de las propiedades de Toman.

Kiara se quedó totalmente en silencio. Su corazón parecía haber dejado de latir y las lágrimas no se hicieron esperar corriendo por sus mejillas. Un primer sollozo dio paso al torrente de emociones que se desencadenó en su interior. El oficial le dio los datos de donde había sido llevado el cadáver de su difunto prometido y colgó.

"Un insensible"

Kiara no dudó en levantarse y salir del departamento. Le dio igual estar en pijama y zapatillas. Menos le importó su enmarañado cabello y sus ojos rojizos del incesable llanto. Todavía con el móvil entre sus manos y corriendo por las calles de Tokyo, tecleó el número de Takemichi, esperando respuestas. Nunca contestó. Se detuvo en mitad de la acera, comenzando a desesperarse. Su pareja no podía estar muerta. Su Chifuyu no moriría tan fácilmente, ¿verdad?


A quien quería engañar. Toman estaba podrida desde hace mucho. Toman ya no era su Toman. Y tras su discusión con su hermano mayor, ella había abandonado la pandilla solo para enterarse unos días después de que Mikey había desaparecido y Kisaki se había hecho con el liderazgo. Chifuyu... él había decidido trabajar con la policía para sacar a Kisaki de en medio, y era obvio que si el resto de administradores se enteraban irían a él. Si eso era lo que había sucedido, ella tampoco estaba a salvo.

El ruido de un motor la hizo reaccionar, dándose cuenta de que había comenzado a llover y su cabello se pegaba a su rostro, y la ropa empapada entorpecía sus movimientos. Kiara miró hacia atrás, notando como el coche iba bajando la velocidad, pareciendo que iba a detenerse a su lado. La joven entró en pánico y trató de echar a correr, aun que el coche aceleró hasta quedar delante de ella. Kiara se detuvo al instante y quiso dar la vuelta, hasta que una voz familiar la hizo reaccionar.

Kiara || Chifuyu x OC (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora