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Dipper había sido volteado en el escritorio haciendo que su pecho quedara pegado a este, podía sentir en su interior como tres dedos se movían en su interior cosa que al inicio le resulto incomoda pero que ahora estaba disfrutando no podía evitar compararla con su primera vez y no se le asemejaba en nada, no entendía por que el rubio hacia eso con sus dedos tal vez era gay pero jamás se había atrevido a investigar sobre el tema, sintió como los dedos eran retirados de su interior y como el rubio se recargaba sobre el

-Necesito que te relajes dulzura- susurro en el oído del menor comenzando a introducir su miembro lentamente sintiendo la estreches de este y lo cálido de su interior, -Mierda chico, me harás acabar sin siquiera haber entrado- el menor por otro lado arañaba el escritorio al sentir como el rubio entraba,  caliente, duro y grande, el tamaño no se comparaba con sus dedos pero el dolor que sentía solo lo hacia sentir mas caliente no era un dolor insoportable al contrario, sentir como el rubio comenzaba a moverse lentamente expandiéndolo se sentía increíble y no solo para el, el rubio no sabia si era tan excitante por no tener sexo en años o por la estrechez del chico, pero se sentía demasiado bien como para solo hacerlo una vez, las estocabas se sentían cada vez mas rápidas y profundas sacando gemidos y jadeos a Dipper mientras el contrario se había levando y con fuerza sostenía la estrecha cintura del chico, sentándose de golpe sobre la silla llevándose al castaño con el consiguiendo golpear algo en su interior que lo hizo ver las estrellas y llegando al clímax y llevando al rubio con el, siendo llenado y sintiendo el liquido caliente en su interior -Diablos eso estuvo muy bueno- Dipper se sonrojo con lo dicho por el convicto y prefirió seguir callado levantándose de donde estaba sentado olvidándose que el rubio seguía en su interior sacando un gemido de ambos por la acción repentina, claro que el chico no conto con que sus piernas temblaran y tuviera que sostenerse del escritorio para no caer escuchando la risa del contrario por su penosa escena 

-No te burles- se atrevió a exigir con la cara completamente colorada 

-Como no hacerlo, pareces un ciervo recién nacido- el menor prefirió no seguir hablando para concentrarse en mantenerse de pie pero entonces un liquido viscoso comenzó a escurrirse entre su piernas -Pero que imagen mas sensual y erótica me ofreces niño, estoy comenzando a excitarme de nuevo, que tal si vamos por otra ronda?-

-No, tengo que ver como esta mi familia- 

-Para eso debes descansar- dijo levantándose de donde estaba sentado para acomodar su ropa y acercarse al menor -Puedes dormir aquí un rato si quieres, luego te llevare con ellos- Dipper asintió y se dirigió al sofá que el mayor señalaba para acostarse, enserio se sentía cansado y no le costo mucho dormirse, Bill al asegurarse que el menor se había dormido llamo a algunos reos, dos para que custodiaran la puerta y que el chico no saliera pero que a ellos ni se les ocurriera entrar y a dos mas para que fueran al pueblo a buscarle algo de ropa pues la que el menor andaba se había ensuciado, y con ordenes dadas se dirigió a la zona de las celdas donde buscaría a seis dedos para contarle la fabulosa noticia de que había puesto su completo interés sobre el chico y como gozaría al ver la cara de los gemelos adultos. 

CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora