Actualidad.
Estoy prestando atención a cada una de las palabras pronunciadas en este salón, lamentablemente mi mente no tarda en viajar a otro mundo, lo que está prohibido visitar en estos momentos. Como odio esto de las distracciones y que todo sea tan sencillo. En momentos logro controlar mi dispersión y pongo la atención necesaria para entender el tema del que se habla en clase, al final tengo una parte para estudiar por no poner atención.
Me levanto de mi lugar y tomo mi mochila, no es un acto rebelde. Pero ya ha terminado la clase y es momento de salir del salón. Ha pasado ya un mes desde que regrese a la escuela y lo único diferente del primer día es que me cambiaron de salón y ahora debo subir escaleras para llegar al otro, donde ya veo la aglomeración de alumnos esperando por entrar a nuestro segundo salón. No es que nos emocione, pero nadie está dispuesto a buscar bancas que no tenemos. Y no es que esta sea una mala escuela... bueno un poco si, pero las cosas no son como parecen. No del todo.
Al ser de baja estatura es fácil colarme en cuanto la puerta se abre y guardar un lugar para algunas de mis amigas que suelen llegar tarde porque sus clases nunca terminan tan rápido como las mías.
En cuanto comienza la siguiente clase me doy cuenta que mi mente está decidida en divagar por todos lados otra vez, sigo sin prestar atención a las palabras de los profesores y me siento tan desorientada que en lugar de irme de mi salón decido que debo pasar un poco más de tiempo allí. Las personas me ven como si fuera muy rara, pero no tengo ganas de salir a ningún lado. Solo me queda admirar el escaso paisaje que está a mi derecha, donde las ventanas dejan ver a un árbol que tiene hojas de un tono oscuro, el resto del paisaje es un cielo azul sin nubes.
Salgo de mi salón para comer algo y tomar aire fresco, en el momento en que todos salen puedo respirar mejor, pero eso no quiere decir que el aire fuera del salón no sea mejor.
-¿Hay alguien ahí?- me pregunta una voz lejana.
Me exalto un poco y busco la voz que me ha hablado, porque estoy casi segura que me habla a mí.
-¿Qué pasa? – pregunto confundida.
-Te has quedado observando a la nada, llevo hablándote por cinco minutos y ni caso me haces- dice mi amiga Paola un poco molesta, típico de ella. Aunque también es típico que ese sea su tono de voz y yo exagere al decir que está molesta.
-Perdona, estaba pensando- me excuso, aunque en cierta forma digo la verdad, estaba pensando tanto que mi mente se había perdido en la nada.
-Descuida mi pequeña Shecid, por cierto una de tus amigas te está buscando.- dice mientras señala a una dirección.
Pao se aleja, con eso último me da por hecho que no me dirá ni una palabra más, no me extraña de ella, siempre es así conmigo. Y supongo que por eso es una de mis amigas.
-¡Shecid!... ¡Shecid!- escucho que me gritan del otro lado.
Me asomo sobre el barandal y veo a mis amigas. No estaba mintiendo Pao a fin de cuentas.
-¡Baja!- me gritan en coro.
Las saludo con la mano y bajo corriendo... los chicos de primero están estorbando mi paso, pero se cómo moverme para no tropezarme con nadie, estoy bajando las escaleras tan deprisa que no me doy cuenta que estoy por chocar con alguien.
-Lo siento- digo, dándome cuenta que me he topado con un compañero de primer año, que va junto con otro chico. Vaya quien llama monumentalmente mi atención es el chico que va con él, jamás lo había visto.
Pero como ellos siguen su camino, yo tengo que seguir el mío.
-Shecid, te has tardado un siglo- sentencia Carla
-¡Ya se!... pero acabo de ver a alguien interesante- digo sonriendo y en parte en broma.
-¿Acaso viste a tu chico? – me pregunta Lili
Yo niego con la cabeza.
-Y... ¿a quién has visto? –pregunta Carla muy interesada.
-Iba con tu chico- digo señalando a Lili quien sonríe de forma soñadora.- Pero no sé quién sea el, nunca lo había visto.
-No lo he visto tampoco – dice Lili- Pero lo podemos averiguar.
-Suena fácil, pero... ¿Cómo?- digo mientras mi mente sigue visualizando su rostro.
-Tengo una idea- dice Carla sonriendo.
-¿Cuál? – decimos Lili y yo al mismo tiempo.
Carla nos cuenta su brillante idea que no es mucha ciencia, la verdad era lo más obvio que podríamos hacer, pero para ninguna de nosotras sería del todo fácil. Al terminar el descanso debo regresar a mi salón y despedirme de ellas. A ambas las conozco desde primero, pero ellas se odiaban, en cierta forma se hicieron amigas por mí y porque ellas quedaron en el mismo grupo y yo no. Es el destino de nunca estar juntas.
Además de sus mil diferencias, ambas son más altas que yo y lo más loco es que tienen el cabello muy pero muy lacio lo único diferente de ellas es que Carla lo tiene más corto que Lili que parece casi rapunzel.
-¿Qué quería Carla? – me pregunta Pao al terminar las clases.
Paola a diferencia de mis amigas tiene el cabello rizado y un poco castaño pero solo un poco.
-Lo de siempre- respondo, encogiendo los hombros.
-Menos mal, vamos a ir a comprar algo a la plaza ¿nos quieres acompañar? –dice Paola de forma amable.
-La verdad si quiero, pero prefiero llegar temprano a casa.
Sin decir más, Pao se despide y se va. Yo me quedo y veo como el grupito de enfrente planea salir como siempre. Me he preguntado desde el año pasado que se sentirá ser amiga de ellos, claro que le hablo a dos chicas, pero siempre hablan de cosas que no entiendo. Ojala los entendiera. Ojala yo me portara como una chica que está por cumplir la mayoría de edad.
-Oye Shecid- dice una de ellos.
Me sorprendo al escuchar que me llaman, por lo que me acerco a ellas sonriendo.
-¿No quieres ir a casa de Jess? – me pregunta Nicole.
-¿Qué van a hacer? - pregunto un tanto insegura, porque con ellos nunca se saben.
-Solo iré yo a acompañar a la señorita a su casa, debe contarnos algunas cosas.
Yo asiento, ya que por lo menos a ellas dos si les hablo.
-Claro.- digo al final, porque hablar con alguien me vendría muy bien.
-Vamos, entonces.- dice Nicole animada.
Salgo del salón con ellas, pero sin dejar de lado mi actitud de niña chiquita, ellas hablan todo el camino, bajamos la avenida con calma, porque Jess camina tan lento que una tortuga podría alcanzarla en cualquier momento, en parte porque va hablando y escenificando cada parte de sus historias y en parte porque es un poquito distraída. A mí me divierte verlas a las dos. Escucho por dos horas más las anécdotas de Jess y al final nos despedimos de ella, me voy con Nicole con quien si comparto algunas palabras de lo que he pensado que podría pasar en el futuro.
-Es una lástima que no pudieras ir a la fiesta- me dice Nicole algo triste.
-Sí, no me dejan salir. Lo siento.- y lo digo con toda la sinceridad del mundo, porque en verdad si me gustaría salir- También quería ir.
-Ya habrá otra ocasión- me dice a modo de despedida.
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Somos de mundos diferentes.
RomancePersona correcta, momento equivocado. - La frase que describe tu vida. He pasado por muchas cosas en un largo tiempo, he sufrido más de lo necesario y creo que la vida tiene algo en mi contra... pero por otro lado está el. Quien da un poco de luz a...