En nuestra mente guardamos mucha información.
Podemos guardar muchas memorias, tanto hermosas como desastrosas, de personas amables como de personas que no valen la pena ser recordadas. Logramos guardar detalles que pasan, hechos que nos hacen especiales... pero siempre llegan a olvidarse con el tiempo.
Se puede decir que somos muy inteligentes por tomar ciertas decisiones que nos hacen felices, o simplemente se nos puede considerar muy cobardes por no arriesgarnos a sentir algo diferente, por querer cambiar las cosas y así lograr hacer una diferencia, por simplemente conformarnos con lo que pensamos que la vida ha decidido por nosotros.
Veo una vez más mis fotos y me sirven de lección para darme cuenta que soy una completa cobarde, que al cambiar las cosas me hace pensar que todo perdería sentido. Jamás me he arriesgado como la mayoría de las personas. Aunque en realidad, pienso que si lo he hecho y salió bastante mal, por eso ya no lo quiero intentar.
Aún tengo presente el sonido de su voz, que es muy grave y de su risa que es juguetona y fugaz. Aún recuerdo todo lo que él representaba para mí. Es un poco extraño el hecho de ver una fotografía de hace más de 12 años, y que surjan recuerdos tan claros de él. Por supuesto que él no ha cambiado nada, y yo he cambiado en todo. Somos extraños conocidos y probablemente casi amantes.
Y es extraño que cada vez que el regresa a mi vida, yo olvido quien soy y me remonto a ese tiempo, en el que se encuentra el momento en que lo vi por primera vez, cuando éramos pequeños y el tiempo de ahora, en el que somos ya mayores.
Han pasado los años y cada uno ha tenido que tomar sus decisiones, cada uno pensando en lo que quiere y en ocasiones afectando al otro. Hiriéndolo. Somos como un extraño juego, nuestro destino es incierto, pero ambos sabemos lo que queremos. O al menos yo sé que es lo que quiero.
Vuelvo a ver nuestra fotografía, y vienen a mi todos esos momentos que he pasado junto a él. A pesar de que la fotografía que tengo en mis manos es de hace tantos años... de esa época en la que los que niños y niñas son como agua y aceite. Donde se odian a muerte y escuchar la palabra "novio" o "beso" es lo peor que puede pasarte. Donde la diversión apenas va empezando, donde conoces a tu primer amigo o amiga... esos que es probable que dejes de frecuentar entrando a la primaria, esos que no te volverán a dirigir la palabra dentro de unos años y se convertirán en completos extraños. Tal vez esa es la razón por la que él y yo, no fuimos amigos de pequeños, para no volvernos como esos típicos amigos que son desconocidos... aunque actualmente puede uq lo seamos.
Recuerdo claramente que estábamos en el mismo grupo y me sabía perfectamente su nombre. Era un poco divertido, no recordaba el mío completo, pero su nombre sí que me lo sabía. Y al terminar el preescolar esperaba que el fuera a otra institución... pero no fue así. Él estaba en la misma escuela que yo y en esos años conocimos mucha gente, personas que llegaban, personas que se iban. Pero nosotros nos manteníamos. Tal vez para conocernos... pero eso fue cuando éramos un poco más grandes.
Pasamos esos seis años sin mirarnos directamente, sin ser conscientes de ello. Pero por lo menos yo te conocía. Pero seguía con la misma idea de que eras solo parte del montón. Parte de todos los demás, menos de mí. Yo siempre he sido un completo desastre, una persona extraña y sentimental. Que puede llegar a ser inteligente, pero no lo suficiente como me gustaría... en esa época pasaron muchas cosas, que me afectarían de una manera tan intensa que no lo hubiera podido imaginar. En esos años fue cuando por primera vez deje a un lado la idea de que los chicos eran unos desagradables, y empecé a mirarlos con más atención. Cuando por primera vez tuve ese patético llanto porque alguien no pensaba igual que yo... esa primera vez que exagere y dije que me rompieron el corazón. Aunque es verdad que me lo rompieron, pero eso ocurrió mucho tiempo después.
Y aun cuando estuvimos tan cerca, jamás nos fijamos en que existíamos. Eso sucedió cuando aprendimos que teníamos que ser inteligentes. Cuando hicimos nuestro primer examen importante, para entrar a una escuela diferente. Y ver nuestro nombre en la lista de admisiones.
Y ahora es cuando, por un accidente o una extraña coincidencia. Empezamos a ser conscientes de nuestra existencia. De nosotros, de las cosas que nos gustaban y nos hacían ser similares y de las cualidades que teníamos. Nos dimos cuenta que en este mundo estábamos y tal vez... estábamos destinados a estar juntos.
NOTA: Hola, tal vez sea un prólogo MUY corto, pero es para probar, si les agrada esta historia o no. Yo espero que si y que no me quieran matar por las otras dos que se están atrasando mucho. Si les agrada, pueden votar o pueden comentar J Siempre son bien recibidos todo tipo de comentarios y por ultimo digan NO a los lectores fantasma. O a la mayoría de ellos.
Y de corazón gracias, si es que están leyendo esto.
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Somos de mundos diferentes.
Любовные романыPersona correcta, momento equivocado. - La frase que describe tu vida. He pasado por muchas cosas en un largo tiempo, he sufrido más de lo necesario y creo que la vida tiene algo en mi contra... pero por otro lado está el. Quien da un poco de luz a...