Prólogo.

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Es totalmente extraño cuando realmente descubres quien eres, y cuando te conoces en verdad. Una gran satisfacción fluye en ti pero otra parte preferiría no saber nada de tu verdadera forma de ser, fuera de toda mascara que tratabas de mostrar y de la que siempre te tratabas de creer. Pero tú sabias muy bien que no era así, que a la única persona a la cual no puedes mentirle es a ti mismo. Que al saber lo que en verdad sientes, siempre pertenecerá contigo. Pero al querer expresarlo te das cuenta que ya no puedes sentir absolutamente  nada. Y que después de saber eso ya no te importa en lo absoluto, al igual que a las demás personas. Y ya no hay ningún vacío en ti, el único vacío que habrá siempre será esa pregunta existencial de ¿quién eres?. Y cuánto de verdad lo sabes, y lo crees en verdad. Sabes que esto no tendría un sentido si lo hubiéramos descubierto antes.

        — Tal vez logres ayudarme a encontrarme en mi misma, me ayudes a sentir lo que tú sientes, yo sé que todos los sentimientos llevan consigo el dolor, pero si es necesario llegar a sentir el dolor, para llegar a eso que llamas amor, eso haría por ti, sacrificaría el estar plena y sólo estar viva por la chispa de la vida, sin alguna preocupación para estar contigo, porque aunque no pueda percibir o sentir nada por ti en estos momentos sé que por algo mi piel se torna roja cuando estas cerca de mi, tal vez sea diferente, pero sólo lo soy cuando estoy contigo.

Flor de luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora