La Regina Dei Cigni | Reyes Volturi

Capítulo Tres

Narra Diana

Habían pasado 2 meses desde que comencé a vivir con los Volturi. Fiel a su palabra, me inscribí en una escuela en línea. Pasé la mayor parte del tiempo con Félix y Demetri o con los reyes siempre que estaban libres. Aproximadamente una semana después de que llegué aquí, me explicaron qué eran y qué eran mis compañeros. Poco a poco hemos estado saliendo. También descubrí la razón por la que estaba tan cerca de Félix y Demetri. Marcus nos dijo que teníamos un vínculo de hermanos del alma. Siempre había querido un hermano y ahora tenía dos.

Hoy los reyes estaban ocupados lidiando con algo y Félix y Demetri no estaban disponibles. Estaba sentada en la biblioteca leyendo un libro sobre hombres lobo o "los hijos de la luna", como los llama el libro. Aparentemente, hay dos tipos diferentes. Los lobos que giran en la luna llena, se dice que son increíblemente peligrosos en la luna llena e incluso matarían a su mejor amigo. Caius había mostrado una fuerte aversión hacia los hombres lobo. Más tarde me explicó que casi lo mata uno y por eso los extinguió.

El otro tipo de hombre lobo no era exactamente un hombre lobo, sino cambiantes de espíritu. Fueron creados para proteger a los humanos contra los vampiros. Había muchos tipos diferentes de cambiaformas. Había una tribu de leones cambiantes en África, panteras en Asia y tigres en algún lugar de América del Sur. Había una manada de lobos en la Tribu Quileute junto a mi ciudad natal, Forks, Washington.

La tribu vive en La Push. Esa era la misma tribu de la que formaba parte mi amigo Sam Uley. Mi hermana Isabella era amiga de Jacob Black, pero me agradó Sam Uley cuando Jacob demostró estar enamorado de mi hermana.

Mientras leía, alguien llamó a la puerta. Rápidamente coloqué un marcador en el lugar donde estaba leyendo y dejé mi libro a un lado. Cuando abrí la puerta, vi a un niño y una niña. Todavía no me los habían presentado porque estaban en una misión, pero los había visto de pasada.

"¿Hola, qué puedo hacer por vosotros?" Yo pregunté

El joven habló, "El Maestro Aro quería que te protegiéramos mientras estaban ocupados".

"Por supuesto, pasar". Entraron en la habitación y tomaron asiento frente a mí. Se veían un poco incómodos y tensos.

"¿Cuáles son vuestros nombres?" Pregunté educadamente

"Mi nombre es Alec y esta es mi hermana Jane", dijo Alec.

Les sonreí a ambos. Durante las siguientes horas, nos conocimos. El libro que estaba leyendo, completamente descartado. Les conté de mi vida y otros detalles sobre mí. Poco a poco se fueron calentando conmigo y, finalmente, incluso me contaron su historia.

Había aprendido que Aro fue quien los convirtió. Vivían en un pequeño pueblo y fueron descartados porque fueron acusados ​​de brujería. A una edad temprana, los aldeanos los intimidaron y trataron con dureza. Un día, los aldeanos se cansaron de los supuestos "estragos" y decidieron ponerles fin.

Fueron colgados y quemados en la hoguera. Antes de que pudieran morir, Aro los convirtió. Debido a que Aro los salvó, se unieron a los Volturi y tienen una fuerte lealtad hacia los reyes.

"También tenemos poderes", anunció Alec.

"¿Cuáles son vuestros poderes?", Le pregunté.

"Tengo la capacidad de quitarle los sentidos a alguien", respondió Alec.

"Tengo la capacidad de infligir un dolor intenso a alguien", me dijo Jane.

Cuando ambos me lo dijeron, parecían asustados. Como si pensaran que me alejaría de ellos y les tendría miedo. No querían que dejara de hablar con ellos. Tenían miradas tristes en sus rostros.

"¿Qué ocurre?" Yo pregunté.

"Ahora que sabes lo malvados que somos, no querrás estar cerca de nosotros", dijo Alec con tristeza.

Tomó sus manos en las mías, "Nunca podría no querer estar cerca de ti, ahora sois mi familia. Y no sois malvado, si alguien es malvado son esos aldeanos inmundos que intentaron mataron. ¿Quién le hace eso a unos niños?" Pregunté incrédula.

Ambos parecían sorprendidos de que pensara en ellos como en una familia.

"¿Lo dices en serio?" Jane preguntó.

Acaricié su mejilla, "Por supuesto que lo digo en serio".

Ambos me abrazaron. "¿Podemos llamarte mamá?" Alec preguntó.

Jadeé, sorprendida por lo que acaba de preguntar. "No tenemos que hacerlo. Lo entendemos". Jane dijo tristemente.

Los agarré y tiré de ellos para abrazarlos. "Por supuesto que podéis llamarme mamá. Sería un honor que seáis mis hijos".

Me devolvieron el abrazo y tengo lágrimas de alegría corriendo por mi rostro. Tan pronto como nos separamos del abrazo, las puertas de la biblioteca se abrieron y los reyes entraron. Cuando vieron mis lágrimas, Aro y Caius se enfadaron, Marcus tenía una mirada de comprensión en su rostro.

"¿Qué significa esto?", Gruñó Caius.

"¿Qué le habéis hecho?", Gritó Aro.

Los gemelos se encogieron de miedo. Me di cuenta y me enfadé. Me levanté y les grité. "No os atreváis a gritarles".

Al mismo tiempo, Marcus había puesto su mano en la de Aro. El rostro de Aro ahora compartía la misma mirada de comprensión. Caius miraba entre los dos confundido, todavía furioso por la situación anterior.

"¿Qué pasa, hermano?" Caius siseó.

"Parece que nuestra querida pareja ha formado un vínculo de alma paternal con los gemelos", explicó Aro.

Los ojos de Caius se suavizaron y comprendió que yo había reclamado a los gemelos como mis hijos.

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