Capítulo 3

15 5 1
                                    

Narra Keira

Nos levantamos sobre las 4 de la mañana y no tardamos nada en vestirnos.

Ya vamos en el coche directos hacía el aeropuerto y aunque la verdad me estoy quedando dormida en el coche Herman aprovecha el momento para poner su mano en mi pierna y en cierto momento apretarla para que no me quede dormida, pero tanto el como yo sabemos que eso en mi no funciona mucho ya que suelo ser muy dormilona.

Llegamos al aeropuerto justo cuando el avión de los chicos ha aterrizado y mentiría si no dijera que no me he quedado dormida en el coche.

Los 3 chicos que también parecen modelos. Tom es el más delgado y alto de los 4, tiene el pelo castaño y uno ojos bastante negros.
Aiden es el más bajito de todo pero por muy pocos centímetros, tiene el pelo azul que le combina con sus ojos.
Por último Damian es de estatura media con el cabello rapado y unos ojos verdes que son bastante hipnotizantes.

Llegan a nosotros y al primero que tengo abrazándome es a Aiden ya que hace bastante tiempo que no lo veía, a Herman no le hace mucha gracia que me abracen pero se ve que hoy por el sueño o por lo que sea les está dejando tocarme.

Seguido de Aiden me saluda Damian y por último Tom.

Llegamos a la casa donde van a vivir los 3 chicos y ellos deciden que de momento no van a cambiar nada.

Desayunamos tranquilamente y yo ya estoy empezando a sentir como se me están cerrando los ojos.

-Amor vete a casa y así aprovechas para dormir- Herman me manda a casa y eso es lo que hago.

Cuando llego a casa lo primero que hago es quitarme las zapatillas e ir directa a nuestra habitación, no me apetece ponerme mi pijama así que aprovecho para agarrar una de las camisetas de Herman de el armario.

Cuando agarro la camiseta me doy cuenta de que algo blanco cae, lo agarro y no puedo creer lo que están viendo mis ojos, en el suelo hay una bolsa con lo que creo que es droga.

Salgo directamente de la casa y llamo impacientemente a la casa de los chicos.

Me abre Tom sorprendido pero a mi lo único que me importa son las explicaciones que me tiene que dar Herman.

-Me puedes explicar que mierdas significa esto- me acerco a él y le tiro la bolsa a la cara.

-Mierda, te lo puedo explicar.

-Eso estoy esperando.

-Ven, siéntate- me agarra y me sienta encima suya, yo intento negarme pero este me retiene en sus piernas.

-Tranquilizate y te explicamos todo- me pide Damian.

-Aaa ¿qué todos estáis metidos en esto?- me remuevo incómoda encima de Herman pero este me impide que me mueva.

-Nosotros desde antes que Herman te conociera estamos en este negocio- me explica Aiden.

-¿Qué negocio?- pregunto bastante inquieta.

-En el de las drogas- me dice Tom bastante tranquilo.

-¿Cómo?- pregunto volviéndome a mover encima de mi novio.

-Te lo explicaremos mas detalladamente- comienza a decir Aiden.

-Cuando nosotros empezamos a vender droga ninguno te conocía, fue exactamente hace 2 años- continúa Damian.

-Es difícil salir de este mundo y más cuando somos los que más sustancias vendemos- le sigue Herman.

-Esa bolsa que has visto es una que tiene que vender hoy Herman- acaba por explicar Aiden.

-No me lo puedo creer- me suelto del agarre de Herman y voy directa a casa.

No me puedo creer que Herman y los chicos me hayan ocultado que venden droga durante 10 meses y yo como la tonta y despistada que soy nunca me había dado cuenta de absolutamente nada.

Decido meterme en la cama y descansar un poco mis pensamientos, luego ya pensaré en lo demás.

Me despierto de mi siesta porque noto como alguien me está tocando el pelo y dándome suaves caricias en mi mejilla izquierda.

Me doy la vuelta y veo a Herman tumbado al lado mía, inmediatamente me alejo de él y me siento en la cama.

-Entiendo que estés enfadada pero es algo de lo que ninguno de nosotros puede salir- dice intentandome volver a tocar la mejilla pero me vuelvo a apartar.

-Quiero que me expliques todo.

-Hace 2 años conocí a un hombre en un bar, yo nunca había probado ninguna droga, quien iba a imaginar que un chico de 22 años no había probado nada de droga, pero así era. Ese señor me engatuso hasta que la probé y bajo los efectos de aquella droga me hizo firmar un contrato en el que decía que debía estar hasta el día de mi muerte vendiendo droga, eso no sólo me pasó a mi, también le ocurrió a los demás chicos y desde ese momento somos inseparables.

-¿Sabes quién es ese señor?

-Si, le tenemos que ver una vez al mes para darle su parte de lo que vendemos.

-Le quiero conocer.

-No, eso sí que no, no te he querido decir nunca nada de esto porque no te quiero meter en mi mundo y mucho menos que alguien te haga daño.

-Entonces si no me lo presentas nosotros no estaremos bien.

-No me puedes hacer esto Keira, no te puedes poner en peligro.

-Me da igual, le quiero conocer- dicho esto agarro una sudadera suya y me voy de la casa.

Llego a un parque cerca de casa y me siento en el césped para pensar y procesar todo lo que ha pasado en estas últimas horas.

Cuando llevo un rato sentada alguien me toca el hombro y me encuentro con Aiden sentándose a mi lado.

-No quiero hablar contigo- le digo alejandome un poco de él.

-Quiero que nos entiendas Keira.

-Y lo hago, pero quiero conocer a ese señor.

-No podemos hacer eso.

-¿Por qué no?

-Eres una chica muy linda y el se aprovecharía de eso y te metería en este mundo, no queremos eso para ti.

-Ese es mi problema no el vuestro.

-¿Acaso no entiendes que te queremos proteger?

-No- dicho esto me levanto y me voy, si ellos no me ayudan a conocer a ese hombre ya lo haré yo por mi cuenta.

Después de estar más tiempo por la calle llego a casa y no hay nadie así que aprovecho para meterme en la cama y dormir.

Yo no quería Donde viven las historias. Descúbrelo ahora