Parte Dos.

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Al día siguiente no podían mirarse a la cara.

Era extraño que Baji demostrará afecto a las personas, pero con Chifuyu nunca había sido así, era cariñoso aunque a veces lo trataba como un simple amigo más, pero nunca olvidaba lo especial que era para él y se disculpaba cuando por situaciones llegaba a ser brusco con él.

Ahora, más que nunca estaba feliz, he iba a demostrarlo. Chifuyu llegó temprano al día siguiente, no era como que por un beso las cosas iban a cambiar entre ellos, aunque la vergüenza de lo sucedió aún estaba ahí.

Tocó un par de veces la puerta y está fue abierta casi al instante.

-Buenos días señ... Oh, buenos dias Baji. -le sonrió.- Perdón, creí que sería tú mamá, ella siempre habré.

-Vámonos. -tomó su mano casi arrastrandolo.

-¿Qué?, ¿a dónde?. -era obvio que estaba confundido.

-Iremos con Mikey. -respondió al salir del edificio.

-¿Hoy había reunión de la ToMan?, no sabía.

-No es eso. -dijo encendiendo su motocicleta- Sube.

-¿Pero entonces?...

-Chifuyu, de verdad quieres arruinar tu sorpresa, ¿verdad?. -rodó los ojos .

-¿Sorpresa?, ¡pero si se supone que estas enfermo!.

-No me hará daño salir un rato. Sube ya.

El rubio obedeció a regañadientes, y muy indignado subió.

Baji había preparado algo esa mañana, y Mikey se había apuntado cuando se lo contó.

No tardaron más de 20 minutos cuando ya estaban estacionados en un callejón.

-¿Qué hacemos aquí?. -preguntó el de ojos esmeralda.

Justo entonces llegó una motocicleta, y se estaciono detrás de ellos. Un risita alegre de escucho de repente diciendo, "¡Gracias, Kenchin!".

Draken y Mikey habían llegado, ¿qué hacían ahí?, se preguntaba Chifuyu.

-Hola chicos. -saludo el más pequeño.

-Mikey, ¿por qué estamos aquí?. -preguntó Draken con evidente desconcierto.

-Iremos a la feria, ¿no es obvio?.

-¡Pero la feria esta por la otra calle!.

Mikey rodó los ojos. -Sí, pero el callejón lleva a la feria, entraremos gratis y adentro gastaremos el dinero en comida... O juegos, pero más comida.

Dicho esto los cuatro caminaron por el callejón hasta llegar al otro lado, donde un chico de cabellos lilas y cejas rasuradas los esperaba.

-Al fin llegan, pasen rápido, no tengo mucho tiempo. -dijo haciéndose a un lado para darles espacio.

-Gracias Mitsuya. -sonrió feliz el más pequeño.

Mitsuya había conseguido trabajo ahí hace unos días, y solo sería el tiempo que durará la feria en ese lugar, después volvería a su tienda de ropa. Últimamente no le iba muy bien, nadie compraba de sus lindos vestidos y se sentía algo deprimido, por eso decido buscar un empleo diferente.

-Sí alguien los descubre diré que no sé nada. -dijo por último para regresar a su turno de trabajo.

-Si, si, uy que gruñón. -hablo Baji.

-Bueno, como quedamos Baji, aquí nos separamos. ¡Suerte a ambos!. Vamos Kenchin, quiero una banderilla. -dijo jalando al rubio del brazo como un niño pequeño.

¡No me hagas esto! || Bajifuyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora