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Kenma no entendía porqué, pero esa misma noche durmió menos de lo habitual, tenía que reconocer que las ojeras en sus ojos no eran muy agradables a la vista, al igual que su pelo desordenado.

Ya se encontraba de camino a la escuela, iba caminando solo hasta que notó una presencia justo a sus espaldas cuando cruzó la puerta principal del instituto.

-Hola, Kenma, ¿Por qué has tardado tanto?-. Preguntó una voz detrás suyo. Se dio la vuelta y vio a Nivav ahí, siguiéndole mientras caminaba.

-Hola... no es nada importante.-. Respondió a la pregunta. Continuó con su camino, esperaba que el otro estudiante se marchara pero le continuó siguiendo. No le gustaba sentir a alguien caminando a sus espaldas, se sentía observado. Quería decirle que esto le estaba incómodando, pero no quería ser una mala persona, él lo comparó con los otros estudiantes que lo tratan mal, él no quería ser como ellos. Finalmente decidió por callar y tratar de sobrellevar la situación.

[•••]

Era la hora de descanso, al ser principio de curso Kenma tuvo que entregar unos papeles a la directora del instituto con algunos de sus datos en ellos, pero cuando se dispuso a hacerlo un objeto pesado cayó en sus brazos seguido de varios objetos más.

-¿E-eh?-.Dijo confundido mirando a la persona que acababa de llegar.

-¡Kenma, amigo mío! ¡Qué bien que te encuentro!-. Gritó Nivav. Kenma cerró los ojos y arrugó la nariz, nunca le gustó que la gente gritara, bueno...A excepción de su "mejor amigo".

-Hola...¿Podrías, por favor, tomar tus cosas? Tengo que ir al despacho de la directora a...-. Trató de decir kenma mientras miraba la mochila repleta de libros en sus brazos y unos cuantos archivadores, pero Nivav no le dejó terminar.

-Kenma, aguanta las cosas, anda, enseguida vuelvo, ¡no te muevas de aquí eh!-. Dijo a punto de marcharse.

-Pero yo....-. Nivav le volvió a interrumpir.

Se giró para mirar a Kenma a la cara, de pronto su rostro era mucho más serio que antes.

-¿Pero? Pensé que eras mi amigo...¿Ni siquiera puedes hacer algo tan simple como esto? ¿Cómo puedes ser tan egoísta, Kenma? Yo también tengo cosas que hacer y contaba contigo, pero ya veo que no se puede contar contigo para nada...-. Dijo entre cerrando sus ojos mientras se aproximaba cada vez más al menor. Kenma abrió los ojos asustado cuando Nivav se inclinó para acercar sus rostros y mandarle una severa mirada.

-Y-yo...Lo siento...-. Susurró sin saber qué decir, sentía que comenzaría a hiperventilar.

-Eso pensaba yo...Quédate ahí.-. Dijo mirandole por última vez con el ceño fruncido, se alejó de Kenma sin prisa hasta que el más bajo no supo donde estaba.

-Tal vez no tarde mucho...-. Murmuró para sí mismo y esperó justo ahí.

[•••]

La hora de descanso terminó y fue ahí cuando Nivav volvió. Tomó sus cosas y le dio unos golpes en la espalda a Kenma, sin llegar a ser excesivamente bruscos.

-Bien hecho, amigo, al parecer si que sabes hacer algo bien.-. Sonrió y se marchó hacia su siguiente clase.

Kenma suspiró y entrelazó sus propios dedos para comenzar a jugar con ello, estaba bastante nervioso y la persona que siempre le ayudó con estas situaciones ya no se encontraba ahí.

Finalmente decidió marchar hacia su salón también, no quería llegar tarde y recibir un castigo delante de toda su clase.

[•••]

Era la hora de la comida, Kenma tomó un poco de comida, muy poca en verdad. No quería comer, pero le prometió a Kuroo comer aún que sea un poco todos los días, antes él estaba ahí para asegurarse de que comiera y descansase, ya no.

Estaba caminando hacia el árbol donde siempre iba para estar solo, cuando de repente sintió su móvil vibrar en su bolsillo. Enseguida lo sacó y revisó qué era.

Un nuevo mensaje de "Kuro <3".

Su rostro se iluminó instantáneamente, una sonrisa tímida se formó en sus labios. Su corazón se aceleró ligeramente, pero era una sensación agradable, al igual que la sensación de pequeñas mariposas inquietas revoloteando en su estómago.

Se sentó en un pequeño merendero cerca del árbol para desbloquear el teléfono cuando una mano cubrió la pantalla y se lo arrebató, no se lo esperaba y enseguida centró toda su atención en el causante de esa acción.

Nivav estaba mirando curioso su teléfono.

-¿Qué pasa? Pensé que esperarías para comer juntos, bueno, no importa, vamos ahora.-. Dijo sacando su comida y poniéndola sobre la mesa.

-Dame mi móvil, por favor.-. Kenma lo miró seriamente extendiendo la mano.

-¿Qué? No. Estás comiendo con tu amigo, céntrate en mí.-.

-No, es importante.-. Kenma frunció el ceño y alzó su tono de voz sin darse cuenta.

-Es solo un móvil.-. Rio Nivav.

-Es mi móvil.-.

-Puedes esperar a la salida para contestar un estúpido mensaje.-.

-¡No es estúpido, dámelo ya- !-. Gritó Kenma aún que no tan alto cómo él creía que sonaba.

Nivav estampó su mano contra la mesa, haciendo un ruidoso sonido que congeló a Kenma unos instantes, haciéndole retroceder asustado.

-¡Cierra la puta boca! Te daré el móvil cuando acabe el día...Más te vale dejar de comportarte como un crío asqueroso o acabarás llorando como una niña ¿Entendido?-. Gruñó Nivav mientras amenazaba al menor.

Kenma cerró la boca, tratando de aguantar las lágrimas que estaban al caer de sus ojos. Flashbacks comenzaron a recorrer toda su mente, malos recuerdos que prefería olvidar y no volver a vivir.

Se limitó a asentir y sentarse de nuevo. No tenía ganas de comer, de hablar con él, de estar ahí...Quería a Kuroo de vuelta.

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Everything is fine... [KuroKen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora