Polvo de Estrellas - [ADAPTACIÓN WANGXIAN] ✅

Capítulo 2

Donde Lan Zhan llega a la edad adulta y hace una promesa audaz

Pasaron los años.

El Mercado de las Hadas se celebró una vez más al otro lado del muro; sin embargo, Lan Zhan, que ya tenía ocho años, no lo visitó, pues se encontró con que le enviaron con unos parientes, en extremo lejanos, a un pueblo que se hallaba a un día de viaje.

Su hermano Lan XiChen, seis meses más grande que él, sí pudo acudir al mercado, y esto le sentó bastante mal al chico. Lan XiChen trajo del mercado un globo de cristal lleno de destellos de luz que chisporroteaban y relampagueaban en el crepúsculo, y que desprendía un cálido y amable resplandor en la oscuridad de su dormitorio en la granja, mientras que Lan Zhan lo único que había traído de vuelta de casa de sus parientes fueron unas paperas.

La gata de la granja tuvo gatitos; dos negros (a quienes llamaron Suibian y Chenqing) y uno blanco (a quién y Wangji), y una pequeña con un pelaje azul ceniciento y ojos que cambiaban de color según su estado de ánimo, de verde y oro a salmón, escarlata y bermellón llamado Bichen.

Dieron esta gatita a Lan Zhan, para consolarle por haberse perdido el mercado; y la gata azul creció, y era la gata más dulce del mundo, hasta que, una noche, empezó a rondar impaciente por la casa, a maullar y gruñir y a lanzar miradas a todos lados con ojos del color rojo y púrpura de las dedaleras; y cuando el padre de Lan Zhan volvió después de pasar todo el día en el campo, la gata chilló, salió por la puerta entreabierta y desapareció en la oscuridad.

Los guardas del portal vigilaban a la gente, no a los gatos; y Lan Zhan jamás volvió a ver a su gata azul. Tenía doce años, y durante un tiempo estuvo inconsolable. Su madre fue una noche a su dormitorio y se sentó al extremo de la cama, y le dijo rudamente:

—Será más feliz al otro lado del muro. Con los de su raza. No sufras más, chico.

Su madre no le dijo nada sobre el asunto, porque bien poca cosa le decía sobre cualquier asunto. A veces Lan Zhan levantaba la cabeza y veía que su madre le miraba intensamente, como si intentase arrancar algún secreto de su cara.

Ouyang Su, que pasó a ser Lan Su por matrimonio, llevaba años despechada, tenía resentimiento con ese niño, pues era el fruto de una posible infidelidad de su esposo, pero por la posición de su familia, se abstuvo de echárselo en cara, y, además, Lan MinLi no permitía que ella le faltara al respeto o le levantara una mano, su matrimonio estaba en constantes roces debido a ello, además de su padre, su hermano Lan XiChen era otro que lo trataba como su igual y lo amaba demasiado.

Lan Xichen, su hermano, era su único consuelo y lo más cercano al contacto con su madre que tenía, pero tenía la costumbre de hacer muchas preguntas y él, al ser un joven de pocas palabras, igual que su padre, le martirizaba que lo hiciera cuando se dirigían a la escuela del pueblo cada mañana, igual que le martirizaba por tantas otras preguntas... la forma de sus orejas, por ejemplo (tenía la oreja derecha pegada a la cabeza, y casi en punta; la izquierda no), por el color de sus ojos, que los tenía de un tono dorado muy brillante, a diferencia de él que los tenía verdes, igual a su madre, XiChen tenía una mente muy imaginativa y acostumbraba expresar sus extrañas ideas en voz alta cuando él y Lan Zhan estaban juntos: una vez le dijo que las nubes pequeñas, blancas y algodonosas, que se amontonaban por todo el horizonte cuando se ponía el sol y ellos volvían a casa de la escuela, eran ovejas.

No sirvió de nada que después él dijera que las nubes tan podrían recordarles a las esponjosas ovejas, o que algo de algodonoso y aborregado tenían esas nubes; XiChen se rió suavemente y continuó divagando como un duende, e incluso peor; se lo contó a los demás niños, y les incitó a balar disimuladamente cuando Lan Zhan pasaba por su lado. Lan Xichen había nacido para sembrar color y alegría en la vida de su hermano, y era el único que podía leer y entender a su hermano.