Prólogo

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Soy la Sultana Ayşe Hafsa naci en 1479, soy la hija del khan de Crimea Meñli l Giray, soy la primera mujer del Imperio Otomano en utilizar el titulo de Sultana, soy la primera "Valide Sultán".
Fui esposa del Sultán Selim l "El cruel" como la historia lo ha llamado, soy la madre del Sultán Suleiman "El magnifico", de la Sultana Hatice y la Sultana Beyhan. Di a luz a tres sultanes más, pero no llegaron a la edad adulta, asi que trate de consolarme con los hijos que Alláh me permitio conservar.
Quizás se cuenten historias del Imperio Otomano durante cientos de años, probablemente se hablara de los grandes Sultanes, de las hermosas Sultanas, de las grandes batallas, quizás después de mi paso por este mundo, existan más Valide Sultán, quizás sean más poderosas que yo, más hermosas, pero todas ellas tienen un futuro gracias a mi.
Gracias a la Sultana Ayşe Hafsa, la madre de Suleiman l, el hombre que les daría paso a formar parte de la historia del Imperio Otomano, el Sultán que les daría su libertad y les otorgaría poder para hoy ser recordadas.
Se contaran muchas historias, se hablara de la comoda vida de una Sultana, pero la verdadera historia se esconde en estos muros, en las paredes de mi querido palacio, este que vi levantarse de la mano de mi querido hijo.
Habrán muchas versiones de lo que fui, de lo que no fui. Se contaran incontables sucesos de nuestra vida, pero quiero contar mi historia antes de partir de este mundo. Aunque ahora mismo nadie pueda escucharme, se que mi palacio lo hace, se que las paredes me escuchan y se que algún día se sabra el verdadero comienzo del Sultanato de mujeres.

****** Ahora mismo lo único que escucho soy las palabras de tristeza de mi pequeña Hatice pidiendo que despierte. Intento abrir los ojos, moverme pero no puedo, desearía ponerme de pie y abrazar a mi querida hija, decirle que todo estará bien, que Alláh mediante seguire muchos años con ella. Pero no puedo, que es esto tan extraño que me impide moverme. La doctora ah terminado de revisarme, pide esperar a que despierte.
¡Oh Hatice!, deja de llorar pequeña, aún sigo aquí, aún te escucho, aún te quiero. Suleiman, querido hijo, los hombres no lloran recuerdas, debes ser fuerte, no permitas que esto te haga ver débil ante los ojos de los demás, eres el gran Sultán y eres fuerte. Toma a Hatice y abrazala, dile que todo estara bien, que pronto me recuperare y podre abrazarla. Dile que haré pagar a quién le ah causado tanto daño a mi tierna hija. Mahidevran, Gülfen, Hürrem, Daye rueguen a Alláh para que me permita volver a ver la luz del día.
Aunque si mi destino es partir ya de este mundo, lo acepto con gusto. Eh vivido hermosos años, eh sido feliz y muy dichosa, estoy agradecida con Alláh por tantas bendiciones y acepto que eh cometido errores, que eh tenido actos de crueldad y eh dejado que mis pasiones manejen mi mente y mi cuerpo. Pero eh de confesar que si volviera a vivir, no cambiaría nada de lo que hice. Si lo hiciera, sería cobarde y yo soy una Sultana, soy la gran Valide Sultan. Lo fui desde el día en que llegue al Imperio Otomano hace 40 años, y aún recuerdo ese día como si lo hubiera vivido ayer.

AYŞE HAFSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora