Capitulo 1

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Tenia 15 cuando mi padre me envío al harén del principe Selim l en Trabzon, mi llegada significaba la muestra de paz y lealtad que mi padre ofrecía al Imperio Otomano.
La unión de mi matrimonio con Selim es un hecho, soy su esposa aunque jamás lo haya visto.
Durante todo el trayecto no hice más que pensar en la nueva vida que me esperaba, imaginaba que estaría llena de lujos, soy una princesa y eso no cambiaría. Pero eso no era lo que me preocupaba, si no el hecho de que le agradara a su majestad, de lo contrario pasaría el resto de mi vida encerrada en mis aposentos, dejaría de ser una princesa para ser parte de un objeto del harén.
Eso no lo podía permitir, ya que me casaron sin amor, sin siquiera conocer a mi marido y tendría que soportar compartirlo con las concubinas, como las costumbres lo señalan, haría lo que fuera, lo que estuviera en mis manos para no ser olvidada, para ser la única mujer en los pensamientos del principe.
Antes de llegar recorde aquella plática con mi padre, me dijo que sin duda yo era su más valioso tesoro, que me amaba más que a su vida. No entiendo, si eso es verdad porque me caso con un hombre al que no amo, con alguién que solo desea poder y que es cruel, alguién que jamás me tendrá como su prioridad, que destino me espera a mi, una simple esposa.
-Alláh mediante todo estara bien princesa -las palabras de Bellinay me sacaron de mis pensamientos y no tuve más remedio que responder con una simple sonrisa.
Mientras trataba de mostrarme más tranquila, volví a recordar las palabras de mi amado padre.
-El amor no existe Ayşe, viniste al mundo para ser una princesa, para dar vida a muchos principes, porque todos deben ser varones. Tienes una historia que cumplir querida hija, tienes una función que realizar, por algo Alláh te mando mujer, para llevar en tu vientre a la descendencia Otomana.
-Bellinay.
-Si princesa.
-¿Alguna vez te has enamorado? Tú piensas que el amor existe en verdad. -pregunte con cierta curiosidad por escuchar su respuesta.
-Por supuesto que el amor existe. Es una de las grandes bendiciones que Alláh nos mando, el amor.
-¿Y entoncés por qué mi padre si dice amarme, me caso con alguién a quien no amo?- volvi a preguntar, pero esta vez con nostalgía en mis palabras.
-Princesa, no se preocupe por esas cosas. Aún no conoce a su marido, en cuanto lo haga, le aseguro que lo querrá.
-El principe Selim -dibuje una ligera sonrisa en mi rostro-, como será él Bellinay, como es su rostro, como son sus manos, sus ojos, realmente es tan duro como la gente cuenta.
-Lo sabrá muy pronto princesa, ahora trate de descansar. No querrá que su esposo la mire con marcas de cansancio en sus ojos.
Después de esto decidi cerrar los ojos por un momento y tratar de dormir, quería soñar con mi antigua vida. Con esa vida que abandone, con la inocencia que deje atrás, con esa niña que aún me acompaña y a la cual tendré que decir adios, en cuanto entre por el nuevo palacio, que será mi hogar.

AYŞE HAFSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora