CAP 27. Lo más importante para mí

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DYLAN

Cuando veo a Seth cargar en brazos a Blake y correr hacia nosotros, no puedo evitar sentir una ola de alivio que me embarga todo el cuerpo. Sin embargo, al notar el rastro de sangre que deja detrás de él, siento mi mundo oscurecerse.

Había querido correr hacia ella en el momento en que la vi ahí en el suelo, indefensa y con una pistola apuntándole, pero Martín lo había impedido. Dijo que no podíamos actuar precipitadamente, pero mi desesperación por ir hacia ella fue tal que había sido necesario que me contuvieran.

Nunca había sentido tanto miedo en toda mi vida. Verla caer al suelo producto del disparo envío a mi cuerpo una sensación de terror indescriptible. Miles de escenarios se presentaron en mi mente, cada uno más catastróficos que el anterior.

Hasta ese momento, no sabía qué tan importante era Blake para mí. Había estado molesto con ella por lo que me había dicho Seth y por ver lo rápido que respondió el mensaje cuando él le pidió que fuera a verlo. Pero cuando la vi en el jardín de la casa con la sangre corriendo por su brazo y sus ojos cerrándose, todo eso me pareció irrelevante.

El disparo en su brazo había sido el más grave, porque la bala había impactado de lleno e hizo que perdiera una gran cantidad de sangre que fueron necesarias dos transfusiones sanguíneas. El segundo impacto fue en el costado derecho, entre sus costillas. El doctor dijo que, por fortuna, la bala solo había rozado su cuerpo, pero que igualmente su recuperación total sería lenta.

Blake despertó al día siguiente de lo ocurrido, pero no habíamos tenido tiempo para hablar a solas. Su papá se encargaba de venir todos los días a tratar de sacarle tema de conversación, sobre ese día en específico. Quería saber todo, hasta los detalles más mínimos que haya podido escuchar o ver ella en los dos hombres que se escabulleron en su propiedad.

Por más que el doctor había sido claro y dictaminó que Blake se encontraba tan débil y cansada que rememorar ese suceso traumático solo retrasaría más su recuperación, su padre insistía tanto en hacerle recordar que Blake había empezado a pasar la mayor parte del día durmiendo, o fingiendo dormir.

Cuando su padre no estaba con ella, estaba interrogando a Michael, el chico que dejaron vivir solo para extraerle la mayor información posible. Sin embargo, o es que estaba muy bien entrenado o simplemente no sabía casi nada, pues las torturas a las que lo habían sometido no habían dado los resultados que esperaban. Era horrible escuchar cada noche al chico gritar y suplicar que lo mataran, pero no podía hacer nada. Estaba seguro que Blake también lo escuchaba, los gritos resonaban por toda la mansión y llegaban hasta el área médica donde ella se encontraba.

¿Pensará que es su culpa? ¿Le dará satisfacción saber que la persona que le hizo daño, está siendo dañada?

Siempre me hacía esas preguntas, pero no encontraba respuestas. Lo único de lo que tenía certeza era que quería hablar con ella, y al fin había encontrado la oportunidad.

Luego de cenar con la madre de Blake, ella me había dicho que persuadiría a su esposo de quedarse con ella y yo pueda escabullirme y ver a su hija. No pensé que tendría resultado, dado que Martín es poco o nada atento con su esposa, pero para mi sorpresa después de unas miradas cómplices accedió a quedarse con ella.

Fue luz verde para mí, y luego de cerciorarme que nadie me había visto, atravesé la planta baja hasta llegar al sótano, donde se encontraba el área médica.

Y ahora estoy aquí, sentado al lado de la cama donde ella ha permanecido la última semana recuperándose. Verla dormir tan plácidamente mientras de su celular suena una música baja de fondo me hace sonreír espontáneamente. Su cabello forma pequeñas ondas que descansan sobre sus hombros y su flequillo roza ligeramente sus parpados, en los que se aprecian sus pestañas largas y espesas. Su respiración es pausada y tranquila, y sus labios mullidos me tientan a acercarme. Con mucho cuidado, acuno una de sus manos entre las mías y acaricio su palma, mirando sus dedos delicados.

Mejor lo impredecibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora