CAP 12. Conversaciones por doquier

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BLAKE

Al terminar el examen, espero que todos abandonen el aula. Los chicos me miran extrañados, pero no dicen nada y siguen su camino a la salida. Me quedo a solas con Steve y me acerco. Me mira cauteloso y se inclina hacia atrás en la silla del escritorio, alzando la cabeza para verme mejor.

-¿Por qué me llamaste al frente la clase pasada?

-Porque eres mi alumna, Blake. Puedo hacerlo si lo creo conveniente.

-¿Y por qué era conveniente en ese momento?

-No prestabas atención. -quedo frente a él y posa sus manos en mis caderas para jalarme más cerca-. Y no hablo de la clase, hablo de mí.

-No digas tonterías, ¿a quién más voy a mirar? -respondo y me alejo, rompiendo el contacto.

Por algún motivo, he dejado de sentir emoción al estar con él.

-Dylan -suelta y me lanza una mirada recriminadora.

-¿Dylan? -repito, frunciendo el ceño-. Él solo es...

¿Amigo? ¿Conocido? ¿Estúpido? ¿Todas las anteriores?

-¿Ves, Blake? Ni tú lo sabes -murmura. Me vuelve acercar y está vez me dejó llevar. Luego de chequear la puerta entreabierta, me hace sentar en su regazo-. Deberías arreglar eso.

Para este momento estoy con los nervios a flor de piel, no sé qué es lo que pretende, pero por primera vez él parece dispuesto a actuar. Pero, ¿por qué ahora?

Siempre he sido yo la que ha tomado la iniciativa diciéndole lo que siento. Él siempre se habia mantenido al margen, asegurando que nuestra diferencia de edad era un problema.

-No tengo que arreglar nada -suelto decidida y me inclino hacia él. Steve entreabre sus labios, esperando un beso-. Se te olvida que fuiste tú quien nos unió, y si ya te dije lo que siento y no es suficiente para que confíes, es tu problema.

Me levanto rápido de su regazo con el corazón desbocado y pongo una distancia segura entre los dos. Steve me ha gustado por meses y me es un difícil alejarme de él, pero eso no quiere decir que puede venir a quejarse por algo que él mismo provocó.

-¿Crees que no he visto cómo se sonríen? ¿Cómo se miran? Él es el problema.

-¿De qué hablas? -pregunto, sin entender su odio irracional hacia Dylan.

Digo, el chico puede ser un dolor en el culo, pero no es para tanto. Es un dolorcito al que le agarras cariño.

-El viernes, quería hablar contigo cuando regresaras al aula, ¿adivina quién fue el entrometido que se llevó tu mochila? -escupe con fastidio-. Ese idiota piensa que puede pasar por sobre mis órdenes y no lo voy a permitir. Menos por una chica.

Ese «menos por una chica» que me ha dolido porque pensé que era más que eso.

-Pues esta chica debe irse -susurro.

-Cobarde como siempre, ¿eh? -lanza una risita y se pone de pie-. Hablemos como se debe, linda. Tú también me gustas, ¿vale?

Lo miro con los ojos entrecerrados, sin creerle completamente. Se acerca y dejo que acaricie mi mejilla suavemente, recorriendo mi rostro para detener su mirada en mis labios.

-Entonces podemos...

-No te apresures, Blake -me interrumpe abruptamente y siento que el ambiente se rompe un poquito-. Primero aléjate de Dylan. Si sigue metiéndose, descubrirá lo nuestro.

Me quedo en silencio pensando en su propuesta y mis pensamientos vuelan inmediatamente al chico de cabello castaño alborotado, ojos dorados como el oro y sonrisa encantadora. Dylan es mi amigo, ¿puedo alejarme de él por Steve?

Mejor lo impredecibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora