—Pero... Dios.
Suelto un sollozo, tapándome la boca y cerrando los ojos. Duele, duele mucho.
—Todo pasó muy rápido. No lo vi venir. Te fuiste y ahí me abriste los ojos. Y... Ahora estoy arrepentida por no habértelo dicho todo, y es por eso que estoy aquí. Diciéndote todo lo que nunca te dije.
Abro los ojos, observando la lápida con su nombre grabado.
"Kim SeokJin"
—Mi Jinnie, pasó tan rápido...—Más y más lágrimas comienzan a salir de mis ojos. Arrugue la hoja que tengo en mis manos—. Si tan solo yo hubiera visto eso... Si tan solo no me hubiera distraído, tal vez tú seguirías aquí—trago grueso, mirando las letras de esa carta—. Cuando ocurrió el choque... Yo... Sentí mucho miedo. Miedo a perderte—mis piernas fallan y caigo de rodillas—. Cuando desperté gracias al sonido de las ambulancias llegando al lugar, y te vi, yo... Dios, no sé cómo decirlo. Estabas tan herido y tenias un gran golpe en la cabeza, que corrí hacia dónde estabas. Personas estaban a nuestro alrededor. Ellos fueron los que nos sacaron del auto.
Suelto un suspiro, derramando más lágrimas, duele. Tu recuerdo aún quema en mí.
Extraño tus besos, tus caricias, tu voz, tu risa, tus abrazos...
—Empuje a la persona que te estaba viendo y te abrace. Tú todavía estabas medio consciente No quería perderte Jinnie. No quería, eras el amor de mi vida, lo sigues siendo—acaricio su lápida—. Recuerdo que me agarraste la mano y me dijiste que ibas a estar bien. No fue así. Estaba herida. Pero eso no me importaba. Yo... Yo te confesé que siempre estuve enamorada de ti, y... Te dije lo que siempre quisiste escuchar. Te dije que te amaba.
Paro unos segundos, recordando su media sonrisa cuando se lo dije. Me muerdo el labio inferior, intentando parar los sollozos.
—Me dijiste que eso ya lo sabías y también me dijiste que me amabas. Te bese, te bese con tanto miedo. Pero ya era demasiado tarde—bajo mi mirada—. Tu corazón dejó de latir, no pude hacer nada. Lo siento...Lo siento tanto—niego soltando más lágrimas—. Fui una cobarde por no haberte dicho todo, que hasta tuve que escribir en una estúpida hoja porque sentía que cuando llegara aquí todo lo que tenía para decirte se me olvidaría—susurro entre dientes, arrugando un poco la hoja—. Lo siento. Lo siento por ser una cobarde. Lo siento por no haber sido igual de valiente que tú.
Miro hacia arriba, el cielo está gris. Igual que ese día.
—Entre en una fuerte depresión. Joder, te extrañaba tanto... Te sigo extrañando—recalco—. Pasaron muchos meses, años... Pero, preferí seguir con mi vida. Sé que hubieras querido eso. ¿Y sabes?, desde ese día aprendí algo—admito—. Y es que... No tengo que pensar tanto para decir lo que siento. Porque no sé si esa persona estará mañana... Que si quiero hacer una cosa... Solo voy y lo hago, dejando el miedo de lado. Y qué si amo de verdad a una persona, no tengo que dejar que pasen 5 años para decirle te amo.
Suelto un gran suspiro calmándome de a poco.
—Y aquí estoy... enfrente de ti. Diciéndote todo lo que nunca te dije, porque fui muy cobarde y jamás te lo confesé. Pero, aquí, frente a tu tumba, te digo que sé que es demasiado tarde para decirte todo esto, pero al menos tengo la esperanza de que donde sea que estés, me escuches—inhalo y exhalo intentando relajarme—. Nunca te dije que eras el mejor chico que he conocido en toda mi existencia. Nunca pude decirte lo tanto que te amaba... Y lastimosamente nunca te pude decir, que estaba embarazada de ti—cierro los ojos, recordando ese día en que me hice la prueba de embarazo—. Te lo iba decir, tenía todo planeado para hacerlo. Pero, pasó todo eso y... Cuando me dijeron que el bebé estaba fuera de peligro, me sentí tan bien... Ella es la que me recuerda a ti y nuestro hermoso amor. Gracias a ella sé que existió un hombre que me amó con locura.
Sonreí
—Gracias, SeokJin. Gracias por todos esos momentos juntos. Gracias por nunca rendirte conmigo. Gracias por darme una hija. Gracias por amarme como lo hiciste, Gracias por ser mi primer amor...—agarré el ramo de orquídeas que dejé a mí lado—. Y aquí te digo que... Te amo, te ame, y siempre te amare. Nunca lo olvides. Fuiste la mejor coincidencia que me pudo pasar.
Dejó el ramo en su lápida, sintiendo una gran paz en mi corazón. Extrañaba esa sensación.
Esa sensación que solo él podía darme.
—Y... No te preocupes. Seguí mi camino, sé que tú hubieras preferido que lo hiciera. Estoy bien—sonrío, levantándome y guardando la carta en el interior de mi saco—. Hasta luego, Jin. Nos vemos el próximo año.
Comienzo a caminar lejos de ahí. Pequeñas gotas empiezan a caer, recordando esa primera cita. Empiezo a correr intentando no caerme, mientras suelto una que otra risa, recordando su voz.
—¡Apúrate, Se Hyeon-Ah! Que el agua puede hacer que agarres un resfriado.
Salgo del cementerio, dirigiéndome al único vehículo que estaba ahí. Abro la puerta del copiloto y entró.
Él enciende el auto sin decir nada. Lo volteo a ver, admirando su cabello azabache, su piel morena, sus ojos chocolate que me miran una que otra vez y... esa hermosa sonrisa con hoyuelos. Sonrío, viendo como él se detiene al ver el semáforo rojo.
Me acerco un poco y beso su mejilla.
—Te amo.
Él vuelve a sonreír fugazmente.
—Te amo.
Nos damos un beso que es detenido gracias a la luz verde de ese aparato.
Me recompongo, empezando a jugar con mi anillo de matrimonio. Lo vuelvo a ver y le agarro la mano. Él envuelve sus dedos con los míos, dejando un beso en ellos.
Ahora estoy bien. Ya estoy tranquila, en paz. Sabiendo que SeokJin ahora sabe todo lo que nunca le dije por miedo a su rechazo.
Pero, pude entender algo sobre todo esto. Y es que, no debes tener miedo para decir las cosas, porque luego te arrepentirás de no haberlas dicho ¿Por qué?
Porque será demasiado tarde para hacerlo.
Fin.
Si has llegado hasta aquí, quiero darte las gracias por leer este desastre.
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I never told you
Fiksi PenggemarDurante ese verano, ese último verano que pase a tu lado, hubiese querido decirte todo lo que tú deseabas escuchar de mí. Todo lo que nunca te dije... queda plasmado en una hoja de papel desgastado. Historia corta. Prohibido el plagio o adaptación...