capitulo 45

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Stiles iba en la ambulancia con al menos tres de los niños a los que habían rescatado y dos paramédicos los cuales revisaban a dos de los infantes, uno de ellos se acercó a Stiles para comenzar a revisar a la niña que traía en brazos. Ante la acción la pequeña reaccionó de manera asustada.

- Tranquila está bien, te va revisar. No temas, no te hará daño.

La niña vio a la chica con desconfianza, y llena de temor dejo que está la comenzará a revisar.

Luego de un rato comenzaron a trasladarlos a diferentes salas para darles una mejor examinación con diferentes exámenes toxicológicos, radiografías y todo lo necesario para asegurar la salud de los menores.

Al igual que la primera vez que rescataron a un grupo de esa red de contrabando. La gran parte de los niños y niñas habían dado positivo en los exámenes toxicológicos, con diferentes tipos de drogas; las cuales iban desde cocahína hasta éxtasis y de éxtasis hasta metanfetamina o heroína.

- Stiles, aquí estas. Te estuve buscando por todo el hospital; toma aquí están tus cosas. - mira a la menor que se hallaba recostada sobre la camilla durmiendo - ¿Cuántos años tiene?

- Toma los objetos comenzando a ponérselos - no más de diez.

- ¿Ha dicho algo?

- Si, me dijo que me quedara con ella.

- ¿Ya te dijo su nombre?

- No, luego de que me dijo eso, no ha vuelto hablar para nada, solo asiente o niega con la cabeza.

- Bien, el buró tiene suficientes pruebas para mandar a esos infelices a la cárcel por al menos dos cadenas perpetuas.

- ¿Sabes algo sobre el juicio?

- Nada, pero entre más pronto mejor. Y créeme me aseguraré de que vivan un verdadero infierno en ese lugar.

- Lo mira confundido. -

- Tengo unos amigos ahí que harían lo que fuera por reducir su sentencia, además conozco gente que por nada del mundo acepta el maltrato a los niños - guiña un ojo coqueto y orgulloso de sus palabras. -

- A veces me da miedo saber de lo que puedes ser capaz de hacer. Pero sin duda lo mínimo que deben de sufrir un infierno.

Ninguno de los dos dijo nada por unos cinco minutos hasta que Margori llegó.

- Aquí están. Los chicos y yo iremos a beber. ¿Quieren ir?

- Si, lo necesito.

- Mira indeciso a la niña. -

- ¿Stiles, vienes?

- Amm si... Si vamos.

Los agentes se dirigieron a la salida del hospital y tomaron camino en dirección a algún bar donde bebieron hasta altas horas de la noche.

Al día siguiente el Omega de lunares se levantó temprano, se arregló y se dirigió al hospital, no sin antes haber pasado a una dulcería y comprar paquetes de diferentes dulces y golosinas. Al entrar mostró su placa y pregunto por los niños de la noche anterior, al recibir el número de piso y habitaciones camino hasta el lugar, en cuanto vio a los niños comenzó a repartirles dulces, camino hasta donde estaba la pequeña niña pelinegra y la saludo con un beso en la frente y le entrego unos dulces.

- Te fuiste...

- Pero regrese y no solo te traje dulces - busca en su mochila y muestra un pequeño oso panda de felpa - sino que también te traje un acompañante.

- Lo toma abrazando el muñeco aferrándose a el. -

- ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?

- Niega. -

¿Te quedas conmigo? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora