Capitulo 2

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– ¿Tienes miedo de algo? –Los ojos dorados de Apollyon se fijaron en el leve temblar de las manos de su visitante, y esbozo una sonrisa. – ¿Sera que me tienes miedo a mi?

En el viejo bar, donde había silencio, y las pocas luces daban una mala iluminación, los ojos de Apollyon, parecían ser lo más brillante en todo el lugar. Fijados en Bern, este podía sentir la malicia en su mirada, y el color dorado antinatural de sus ojos, le hacía sentir una terrible inquietud.

–No tengo miedo. Son las secuelas de un disparo a la cabeza, a veces los nervios no se regeneran bien. –Tratando de controlar su instinto, solo podía pensar en una forma de escapar de ahí. Pero ella lo miraba, como si el solo fuera una especie de pintura, que había centrado toda su atención. –Me desatarían entonces, vine a negociar.

Apollyon sonrió, y los dos hombres que temblaban por la tensa situación, desataron a Bern con premura y salieron corriendo rápido del bar.

– ¿Por qué huyeron?

Dijo Bern mientras terminaba de quitarse las cuerdas de las muñecas y tobillos,

–Porque cometieron un error, y saben las consecuencias.

– ¿Tratan de huir de ti?

Apollyon cambio a una posición mas cómoda, sus piernas cruzadas y su mejilla apoyada delicadamente en su puño izquierdo, la hacían ver como si fuera una reina, incluso en un lugar tan decadente como este. Su cabello rojo como un mar de fuego, sus ojos dorados voraces y aterradores, además del terrible sentimiento de que ella era algo más que solo una humana.

– ¿Acaso importa de quien estén huyendo? Si no saben hacer un trabajo tan simple como atender a mis clientes, entonces no tienen razón de existir en mi presencia.

Cuando ella termino esa frase, gritos que helaban la sangre se escucharon afuera del bar, Bern se giro para tratar de notar algo a través de las ventanas, pero no lograba ver nada en absoluto.

–Entonces, ¿Quieres contratar mis servicios, o solo me estás haciendo perder el tiempo?

Una amenaza entre líneas, hizo que Bern volviera su mirada a Apollyon, tomo un momento para analizar su situación y pensar que hacer. Pero sus opciones eran pocas o casi nulas, si los rumores eran verdad, ella sería la única persona en el mundo capaz de ayudar.

–Deseo contratar tus servicios, para proteger a Esmeralda Boldayeva.

Bern sintió, algo de peso liberado cuando dio su razón de estar ahí.

–No quiero darte mis servicios.

Le respondió Apollyon a Bern, quien la miraba entre el shock y la confusión por la respuesta.

– ¿Por qué? Acaso crees que no puedo pagar tus servicios

–No es una cuestión de dinero, es más una cuestión de que yo no cumplo aquellos deseos que no sean de mis clientes.

–No entiendo, ¿cómo que deseo? –Bern sintió malestar y confusión mientras la sonrisa de Apollyon no se inmutaba. – ¡¿Dices que no quiero proteger a esmeralda?!

–Obviamente quieres protegerla, pero tu deseo no es protegerla. Alguien más tenía ese deseo, y te lo encomendó. –Ella se levanto de la silla con delicadeza y gracia. Camino hasta Bern y se detuvo a unos pasos de él.

–Entonces vine aquí por nada, solo a perder nuestro tiempo.

–No necesariamente, dije que no quiero, aquí nadie dijo que no te los daría. Pero el precio es mucho mayor de lo que podrás llegar a pagar, es mucho más cruel de lo que podrías soportar.

Bern miraba a sus manos, recordando la sensación de la muerte de alguien a quien no fue capaz de proteger, de todas las cosas que ha hecho. La culpa de no poder proteger lo que ama lo carcomía desde hacía años.

– ¿Cual es el precio?

Las manos de Apollyon tomaron el rostro de Bern y ella acerco su rostro al de él.

–Tus ojos son como me los describieron, de un azul hermoso pero carentes de pasión o ambición alguna. Eres como un niño pequeño que hace lo que le ordenan, tal vez hay más, enterrado muy en lo profundo de tu alma. –La sonrisa de Apollyon era distinta en esta ocasión, sus ojos dorados se veían llenos de calidez y su sonrisa, era amable. –Mis servicios vendrán con un coste muy alto para ti, podría decirse, que yo solo te daré las herramientas necesarias, pero tu harás el trabajo.

–Entonces, me darás tus servicios a cambio de que yo lo haga todo

–No es así de simple. –Ella se apartado en un parpadeo de él, sentada en su trono, con la mirada voraz y la sonrisa llena de maldad, Apollyon le hizo una petición a Bern que aun lograba mantener de a poco un semblante estoico. –Quieres salvar a Esmeralda, entonces salva a alguien por mí. Si lo logras entonces hare todo en mi poder para cumplir ese deseo, pero si fallas en salvar esta vida. –La sonrisa desapareció y su voz se volvió extrañamente hostil. –Yo misma te matare a ti y a Esmeralda.

Todo esta era demasiado raro para Bern, pero desde siempre para el todo había sido raro, así que esto era normal, o solo era lo que podía esperar.

–Está bien, dime a quien debo salvar.

–Te daré toda la información ahora, pero antes quiero preguntarte algo.

– ¿Qué quieres preguntarme?

– ¿Bern Krause, eres inmortal?

Bern sonrió levemente, al recordad los sucesos de los últimos años. Miro a Apollyon y directamente a los ojos. Sus ojos azules miraron a los ojos dorados de ella, encontrándose entre sí.

–Soy inmortal.

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⏰ Última actualización: Oct 04, 2021 ⏰

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