El autobús.

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Seguimos caminando hasta llegar a nuestro destino. Me encontré con varios amigos, saludándolos amablemente y dándoles un abrazo como si no los viera hace mucho tiempo.

—¡Cabrones! Tanto tiempo. —dije.

—¿Cómo que tanto tiempo? ¿Estás loco? Solo han pasado unos cuantos días. —respondió uno de mis amigos.

—La locura es buena siempre y cuando no perdamos la cordura, amigo. —dije, soltando una risa, contento de verlos.

—Y esa chica de allí, ¿es tu novia? —preguntó otro amigo.

—JAJAJA No seas tonto, solo me topé con ella cerca de una tienda.

—Tienes buenos gustos, ¿cómo te trata la vida, Morenito?

Me decían "Morenito" porque una vez me invitaron a una celebración sin saber por qué en ese momento yo estaba drogado hasta las cejas, y no paraba de decir "Morenito" porque lo había escuchado a alguien más decirlo.

Estábamos celebrando esa noche porque les habían aceptado la petición de tocar con su banda en la casa de la cultura. Yo estaba contento esa noche, tomamos, reímos, bailamos... en fin, nunca olvidaré esa vez, junto con otras con ellos y otros amigos.

—Ya sabes, la vida es como tirar los dados, nunca sabes qué puntaje saldrá hasta que te estrellas. —dije.

—Te entiendo, bueno, tengo que volver al trabajo. Me alegra mucho verte. —dijo uno de mis amigos.

—También me alegra verte. Que tengas un buen día. —respondí.

—¡Gracias! Lo mismo te digo.

Me dirigí hacia donde estaba mi amiga, y allí estaba ella, esperándome con una bolsa en la mano.

—Tienes muchos amigos. —dijo ella.

—No, solo considero amigos a los que en realidad lo son. —le respondí, lanzándole una sonrisa. —Busquemos un lugar para sentarnos.

—Ahí parece un buen lugar. —dijo ella.

Al sentarnos, hice un pequeño comentario sarcástico.

—Venga, saca esas empanadas, o ¿te las llevarás a tu casa y las comerás tú sola?

—Si pudiera, lo haría. Es broma, toma. —me respondió ella, entregándome una empanada.

—Gracias JAJAJA. —respondí, agradecido.

Conversamos por un buen tiempo, conociéndonos más a fondo. Era nuestra primera cita, y hablamos sobre política, feminismo, hippies, y otros temas de interés.

Noté que ella hablaba mucho y rompía el silencio fácilmente, de una manera que a muchas personas les costaría. Pero ella lo hacía con naturalidad, como si estuviera escribiendo en su diario, compartiendo sus gustos y pensamientos. Tenía una manera de pensar que la hacía especial y única, al igual que otras personas. En realidad, todos somos como libros diferentes, con páginas y tactos de hojas únicos.

Le interrumpí mientras hablaba diciéndole:

—Conozco una amiga, es igual que un hippie, es amor y paz... su vibra me trasmite eso, debería presentártela algún día, no se cansarían de hablar por horas con temas de interés. Repetí varias veces su nombre al punto de que ella dudo, de la cuál era la persona que yo mencionaba, solo que le tenía un nombre distinto en sus contactos.

Le interrumpí mientras hablaba, diciéndole:

—Conozco una amiga que es igual que un hippie, es pura amor y paz... su energía me transmite eso, deberías conocerla algún día, seguro que tendrían muchas cosas de qué hablar. Repetí varias veces su nombre, pero ella dudaba de quién estaba hablando, ya que le tenía un nombre distinto en sus contactos.

—¿Es ella? —mostrándome una foto.

—Sí, esa es ella —respondí emocionado—. Deberíamos salir los tres a tomar algo algún día.

—Me parece una buena idea —contestó ella con una sonrisa de oreja a oreja.

Miré el reloj y me di cuenta de que era bastante tarde.

—¿Me acompañas para agarrar el bus? —dijo ella.

—Claro —respondí.

La acompañé a la parada del autobús y esperé con ella hasta que llegara su autobús. Mientras esperábamos, seguimos conversando animadamente, compartiendo nuestras opiniones e intereses. Me di cuenta de que teníamos muchas cosas en común y que la conexión que habíamos establecido durante la conversación era especial.

Después de unos minutos, llegó el autobús de mi amiga. Nos despedimos con una sonrisa y un abrazo, y ella subió al autobús mientras yo me despedía y me dirigía a casa.

Me fui a casa con una sensación cálida en el corazón, sabiendo que había hecho una conexión especial con alguien especial, y esperando con ansias la próxima vez que pudiera salir con ella.

Un día como el del amor y la amistad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora