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Entre las miles de peleas que se ejercían por todo el mundo nos centraremos en una en especial. Una pelea ocasionada por un chico nombrado Takemichi provocando a un robusto hombre nombrado como Masataka. Por supuesto que el hombre robusto tenía todas las de ganar si embargo el rubio no parecía ceder.
Masataka: ¡Suéltame! ¡M-maldito! —Gritó mientras sus dientes crujian entre sí y sus manos trataban de quitarse de encima a Takemichi que se había pegado como chicle al hombre— ¡AAAGH! —Bastó un empujón para sacárselo de encima—
Takemichi: Ha... ha... —Suspiró en el cansancio— Ja ja... ja aún no ha te-erminado, puedo seguir.
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Kazushi: ¡Suficiente! ¡Ya fue más que suficiente Takemichi! —Gritó desde otro punto—
Makoto: ¡No seas idiota! ¡Va a matarte si no te detienes!
Takuya: ¡Por favor, Takemichi detente!
Sus tres amigos trataban de detener su necio amigo, era más que obvio que ina terminar en el cementerio si seguía de terco.
Takemichi: Esto... no es suficiente, no basta ni remedia en lo mínimo lo débil que ha sido mi corazón durante estos 12 últimos años. —Su pies empezaron a moverse con dificultad hacia el mayor— Solo he estado huyendo, huí... huí y ¡huí!.
Atsushi: ¡Vamos ya ríndete! ¡Ya demostraste lo fuerte que eres! —Fue otro de sus amigos—
Takemichi: ¡¡No puedo rendirme!! Porque... porque... ¡¡Porque tengo un motivo para no rendirme!! ¡Kiyomizu Masataka! Si de verdad quieres ganarme vas a tener que matarme... ¡Porque no tengo pensado perder!
