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Wangji terminó de practicar con el guqin, rememorando los recuerdos del pasado que había formado con Wei Wuxian. Durante toda la Campaña Para Derribar Al Sol, mientras decían en batalla Wei Wuxian mataba sin fiereza usando su poderoso cultivo demoniaco que causó lo maldijeran tantas veces, fuera de ésta se comportó muy atento y amable con él.

Algunas veces incluso le traía dulces que quién sabe dónde había sacado (el Lan podía ser joven, sin embargo, sabía Wei Wuxian no traía ni medio encima). Wangji no se negó nunca, después de todo, encontrando interesante la forma vivaz del otro en actuar y su sonrisa radiante.

La guerra terminó hacía cinco años, cuando cumplió trece, y el oji gris se había despedido para volver a Yiling, pues luego de tanto usar su cultivo se había vuelto irregular su actitud y control de ésta.

Cinco años antes...

Sentados en uno de los muros a las afueras de Gusu, dos figuras "hablaban" (en realidad sólo una lo hacía) mientras contemplaban la brillante luna. La de negro sonreía cansinamente, bebiendo un tarro de alcohol, aunque su radiante formar de ser aún podía notarse pese a las mil tormentas.

-Lan Zhan, es momento de irme.

-¿A dónde, gege?- El pequeño jade lo miró, apreciando la luz del astro plateado bañando las atractivas facciones del otro.

-A Yiling, en los Tumultos Funerarios.

-...- Wangji no supo qué decir, anonadado. Desde que lo conoció, siempre creyó su gege estaría con él para siempre, pero nunca imaginó quisiera volver a ese horrible lugar. ¿Debería ofrecerle se quede allí y nunca lo abandone? ¿No se vería muy raro?

Ajeno a esos pensamientos, Wuxian siguió bebiendo y hablando despreocupado.

-Lanzhita, mi cultivo es... Un poco peligroso- Le dió un codazo en el hombro del menor, juguetón- Usarlo demasiado pone en riesgo quiénes estén alrededor. Necesito aislarme un tiempo.

Wangji lo miró, interrogante. Aunque su cara no tenía expresión, Wei Ying entendió qué quería preguntar.

-Unos cuatro años, mínimo.

El corazón del adolescente dió un vuelco, y sacudió la cabeza oponiéndose.

-Lo siento, Lan Zhan, en serio debo...

-¡Llévame contigo!

Como si viera infantil y gracioso la formar de reaccionar, Wuxian sonrió y acarició la nuca del menor con su brazo libre diciendo de buen humor:

-¡Claro, cuando crezcas puedes venir a visitarme! ¡Jajaja! Jiang Cheng y los Wen irán a verme, también mi hermana, cuando seas mayor y te hallas echo un cultivador tan fuerte como tu hermano, si quieres...-

Wangji frunció el ceño, frustrado y molesto. ¡El líder de secta Jiang pasó casi toda la guerra y años antes de ésta enemistado con Wei Wuxian, y aún así podría ir a verlo cuando quisiera! ¡No era justo! ¡En absoluto!

No había terminado de hablar el otro, cuando ya el Lan adolescente estaba corriendo a su habitación trás bajar del muro, lleno de cólera. Creyó su gege lo seguiría, y le daría mimos como siempre hacía, ya sea peinando su cabello o buscándole dulces arrepentido de haber decidido dejarlo.

Pero no lo hizo. Esa misma noche, Wuxian se fué a Yiling.

Y por primera vez desde que su madre murió, el segundo jade de Gusu lloró amargamente. Xichen apenas pudo creer la razón de su angustia, pero fue comprensible y paciente ayudándolo a camarse los días posteriores.

Antigua Promesa (Xianwang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora