El Sendero Recorrido

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Luego de ese lindo día, la situación se complicó y cada vez fue más difícil mantener estable la situación del grupo en contra de Wei Ying.

Llegaron a saquear los pueblos más cercanos a Muelle de Loto, en su mayoría dañando al resto de los Wen que ya habían formado sus familias o hecho sus casas cerca, entonces Jiang Cheng decidió no podía simplemente acabar con pequeñas aglomeraciones de ese grupo o defender el lugar según dónde ocurriera el ataque. Debían ir a descubrir la ubicación principal del cuartel.

Wangji había insistido también en ir a ayudar, en cambio Wen Qing debía quedarse para atender la secta durante la ausencia de su esposo. En vistas de cuánto insistía, Xichen terminó arriba a Yummeng y se ofreció ir en su lugar para velar su cuñado volviera a salvo, pero eso sólo logró convencer a medias al menor.

—Sólo pido por favor, Wangji, mantente fuera de esto y espera aquí. Será muy peligroso– Insistió por enésima vez el oji gris, apretando los hombros de su pareja.

—Puedo cuidarme. Necesitarán ayuda– Replicó seriamente Lan Zhan, echando un vistazo suplicante a su hermano.

Xichen suspiró y negó, para consternación de su hermano.

Intentando también ayudar, Wen Qing llamó la atención del segundo jade, aunque por poco Jiang Cheng sufría un infarto viéndola moverse tanto pese a su vientre ya algo crecido.

—Segundo hermano Lan, ¿Crees podré cuidar los pueblos cercanos, cuidar a los niños, y administrar los asuntos de la secta por mi cuenta?– Ella usó una voz profunda.

Ante eso, el oji dorado vaciló, reconociendo eso sería muy difícil. Aunque los cultivadores fértiles y las cultivadoras embarazadas tuvieran hechizos que protegían al bebé de casi cualquier daño, igual la mayoría del personal se iba a enfrentar el grupo criminal, y Wen Qing sola lo tendría muy difícil.

Teniendo la esperanza por fin lograr convencer a su pareja, Wei Ying tomó sus manos, y explicó:

—Lan Zhan, la única razón de que estés en problemas soy yo, por favor– Pegó sus frentes– Yummeng no estará seguro. Ahora que todos saben Jiang Cheng se ausentará tanto tiempo, seguro querrán atacar Muelle de Loto e invadir cerca.

—... Hnm– Asintió resignado. Giró su cabeza hasta Wanyin, y dijo con voz sofocada:– Cuida bien a Wei Ying.

El líder Jiang no afirmó nada, suspirando pesadamente.

Luego de intercambiar unas cuantas palabras Xichen y Wangji, esta vez sin ninguna aspereza trás varios años, finalmente todos se despidieron. Fue un momento casi fúnebre, donde los pobladores lloraron y los Wen vivos se notaban tensos.

—¡Mientras el cielo siga sobre nosotros, nos volveremos a encontrar!– Exclamó a la distancia Wuxian.

El corazón de Lan Zhan se enterneció, seguro su amado cumpliría esas palabras.

Wangji cargó en brazos a su ahora Lan Yuan, pues en vista al fin empezaba Qiren a aceptar la nueva familia de su sobrino más joven, y para no aumentarle la angustia, permitió se le diera el apellido al pequeño. Por supuesto, fue idea de Wei Ying con la excusa que le gustaba el apellido de su amado, y quería sus hijos tuvieran su apellido.

—¿Papá Wei volverá?– Preguntó curioso el niño, abrazando el cuello del jade.

—Lo hará. No lo dudes– Juró determinado Wangji, e hizo una reverencia hacía Wen Qing.

—Puedes dejarlo con la abuela, así no estará expuesto– Recomendó la mujer, preocupada.

Lan Zhan concordó, asintiendo, y miró al cielo despejado.

Antigua Promesa (Xianwang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora