Park Jimin es ese adolescente adorable que conquista el corazón de cualquier adulto con su sornisa infantil y delicada. Así mismo, por los mimos motivos, es el entretenimiento más malévolo y cruel que tiene como favorito JK, el matón del instituto.
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Nota: capítulo largo y sentimental, no pago terapias. ❤️ Estamos en recta final 😘
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La mañana del jueves Jimin despertó en su cama por las caricias de su madre a su rostro, a su lado y aferrado a él con fuerza estaba JungKook aún durmiendo.
-No lo despiertes cariño. -Susurró la pelirrojo refiriéndose a Jeon. -Las ojeras que tiene que dicen que no ha estado durmiendo bien últimamente y ahora parece un angelito. -Jimin sonrió a su madre y correspondió el abrazo de su novio. -Papá os ha preparado el desayuno, cuando desperteis lo tomais y no es necesario que hoy vayáis a clase.
Jimin se despidió de su madre con un beso lanzado al aire solo de sus labios abultados, Hyuna besó su frente y la de JungKook antes de marcharse a trabajar a los juzgados. El rubio aprovechó para mirar y deleitarse con la paz que refleja a su novio en sueños, tan tranquilo y frágil asemejaba ser un niño pequeño falto de amor.
Fue al cabo de una hora que JungKook cambió su ritmo de respiración alertando a Jimin de que estaba depsetardo, el rubio comenzó a besar su rostro con delicadeza en tiernas caricias y consiguiendo así que el pelinegro abriera sus ojos.
-Creía que era un sueño. -Murmuró con voz ronca, Jimin negó con una sonrisa.
-Estoy aquí contigo de verdad. -JungKook sonrió también y Jimin sintió que recuperaba algo en él al verlo así. Si su conejito estaba bien, él también lo estaría.
Rato después, tras desayunar en un cómodo silencio acompañado solo de carantoñas y cariños de Jimin hacia JungKook fue que el pelinegro supo que debía hablar, pero seguía tan asustado. Tan vulnerable fue su mirar temeroso hacia su novio que Jimin supo en seguida leerlo.
-Kookie. -Le llamó tomando sus manos y guiándolo al sofá donde se sentaron uno frente al otro con sus manos entrelazadas entre ellos. -Nunca hasta estado solo, tienes a tus amigos, pero ahora te puedo jurar que nunca más lo estarás. -El pelinegro miró los ojos almendrados y supo que Park no mentía; era una promesa real que pretendía mantener. -Ahora me tienes a mí, incluso a papá y mamá. Confía en nosotros.
-No sé que está bien, amor. ¿Hago bien cuándo estoy contigo o cuándo estoy con mi padre? -Jimin ladeó su rostro hasta inclinarlo y entrar en el campo de visión de JungKook.
-Amor. -Repitió, JungKook no se había dado cuenta de que había soltado ese apelativo cariñoso. -Lo que haces bien es sentir amor conejito. -JungKook tomó una gran bocanada de aire. Su mente le pedía a gritos que hablara, que dejara los sentimientos de su corazón fluir y por primera vez en su vida contar toda su verdad.
-Mamá y mi padre se casaron por conveniencia. -Susurró llevando las manos de Jimin más hacia él, el rubio entendió su necesidad de sentirlo cerca y se sentó sobre su regazo. -Cuando yo tenía diez años mamá fue internada en una clínica privada. Yo no entendía lo que estaba pasando y cuando le preguntaba a mi padre él me decía que mamá necesitaba curarse.
