No Me Recuerdes ~ KookMin ~ YoonTae

Capítulo 27~Buen chico

Jimin abrió la puerta del cuarto donde estaba JungKook, estando en silencio y con la mirada fija en el pelinegro que descansaba sobre la cama semi tumbado y con un aspecto muy desagradable. JungKook tenía un fuerte y feo hematoma creciendo en su mejilla izquierda hinchada y sobre el anterior morado ya causado por su padre a principio de semana, sobre su ceja derecha habían tres pequeños puntos cruzados para cerrar esa herida abierta pro haber caído por las escaleras, su mano izquierda tenía tres dedos unidos con vendas y palos de madera para evitar ser movidos al estar rotos y su torso desnudo estaba vendado para comprimir su espalda y costillas dañadas.

-Jimin. -El nombre del menor surgió con asombro de la voz de JungKook, un asombro mezclado con la ilusión y la esperanza. El nombrado se colocó a los pies de la camilla para estar frente a él y no emitió palabra alguna por varios minutos de contacto visual tenso. -No me mires así.

-¿Así, cómo? -Inquirió chulesto, Jeon se dió cuenta de que estaba enfado.

-Pues no lo sé, es extraño. -Jamás, ni cuando Jimin le gritó odiarlo en aquellas escaleras fatídicas le había mirado con tanto rencor. -Nunca me habías visto así. -Murmuró al tener el pequeño recuerdo del cuerpo del rubio rodando por las escaleras.

-Es que no lo entiendo. -Dijo al fin, rompiendo su postura tensa al suspirar. -¿Qué ha pasado? ¿Por qué has vuelto a esa casa si no te encontrabas bien?

-Me daba igual volver a casa, solo quería tumbarme en la cama de mamá y ver su foto porque me encontraba muy mal al haberte perdido. -Confesó, con la naturalidad y calma que Jimin había sembrado entre ambos. -Mi padre no se tomó bien el verme llorar y cuando le hablé de ti fue peor...

-¿Le hablaste de mí? -Interrumpió, Jeon pensando que de nuevo estaba enfadado porque sus cejas rubias estaban fruncidas y sus ojos oscuros cuando en realidad estaba sorprendido y ciertamente orgulloso.

-De lo bello y bonito que eres, tanto por dentro como por fuera. -La sornisa rota de JungKook, pero sinceramente, aceleró su corazón enamorado. -De lo mucho que te amo.

-Eres un idiota. -Murmuró antes de comenzar a llorar sin poder contenerlo más. -Te juro que ahora mismo te estaría dando la paliza de tu vida, como siempre quise hacer, si no fuera por como estás. -El pelinegro apresó su labio inferior entre sus dientes queriendo levantarse y abrazar a su amado. -Pero es que tampoco puedo hacerlo porque quiero llorar, estaba tan preocupado y asustado. -Con fuerza limpió su rostro de las lágrimas y volvió a verlo directo a los ojos. -Aún lo estoy. -Confesó tomado por sorpresa al mayor.

-¿Lo estás? -Preguntó tembloroso. Jimin abandonó su postura y se acercó hacia él, colocándose a su lado en la camilla y acunando con delicadeza su rostro maltratado. Cuando sus ojos hicieron contacto tan de cerca, la pena y angustia abandonó el cuerpo de ambos.

-Eres mi novio Kookie, claro que lo estoy.

-¿Tu novio? -Repitió comenzando a llorar ahora él. -¿Aún eres mi novio?

-No dije que dejara de serlo, sino que necesitaba tiempo. -Expuso sonriendo de lado. Con esa mueca triste, pero feliz de volver a estar con él, se inclinó y dejó un casto beso en sus finos labios rosados. -Te amo conejito; y quiero que estés bien, conmigo.

-Mi pollito. -Dijo de manera casi inentendible por los sollozos. -Te amo. -El rubio se volvió a inclinar para besarlo, esta vez de un modo más prolongado y en el que degustaron las texturas de sus labios. No hubo lengua, tampoco fue un beso necesitado o ansioso, solo eran roces de labios queriendo demostrar que esos "te amo" eran reales y que iban más allá de lo físico o sus problemas. Tal vez el amor bueno y el real se enamoraba hasta de los defectos, errores y problemas de la persona con la que compartidas tu vida.