Park Jimin es ese adolescente adorable que conquista el corazón de cualquier adulto con su sornisa infantil y delicada. Así mismo, por los mimos motivos, es el entretenimiento más malévolo y cruel que tiene como favorito JK, el matón del instituto.
...
No podía dejar de pensar en que estaba cometiendo un error, sin embargo esa parte de él era callada en el instante en que pensaba en estar con Jimin; en abrazarlo y sentir su calor. El rubio lo recibió enfundado en un adorable pijama demasiado grande que le hacía lucir más pequeño y le invitó a pasar a su apartamento junto a sus padres.
-Papá, mamá. -Les llamó asomando la cabeza a un cuarto con la puerta entornada. -Kookie ha está aquí, vamos a mi habitación.
-Lo hagáis mucho ruido. -Escuchó una vi femenina. Al cabo de unos minutos JungKook ya estaba con su pijama puesto, se había cambiado en el baño, y ambos estaban en la habitación del menor sentados sobre la cama de este.
La habitación de Jimin era una explosión de rosas, colcha rosa palo, paredes rosa perla, muebles rosa fucsia...en fin...rosa. Jeon sonrió porque realmente ese cuarto gritaba Jimin y además, sobre la cama estaba ese enorme peluche que le había dado esa tarde.
-¿Tus padres te dejan traer amigos a casa así como así? -Jimin le miró tumbándose sobre su conejito rosa y abrazándolo con piernas y brazos confuso. -No si quiera me han visto.
-Pero saben de ti porque te nombro mucho. -Dijo sincero y sin tomar importancia al tema, JK sí lo hizo.
-¿Hablas mucho de mí? -Preguntó levantando una de sus cejas antes de inclinarse también sobre el enorme conejo de peluche. -¿Le has puesto nombre? -Cuestionó refiriéndose al peluche, Jimin asintió rápido.
-Cooky. -El mayor achicó sus ojos dejando de sonreír al instante, Jimin estalló en carcajadas antes de lanzarse a besar las mejillas del pelinegro. -No te enfades conejito. -Comenzaron una pelea infantil entre cosquillas en besos en las mejillas.
Jimin se detuvo, de un momento a otro habían terminado en una postura algo comprometida. El menor estaba a horcajadas sobre el mayor, el peluche olvidado en el la cama inferior al ser la de Jimin una cama nido, JungKook sujetaba sus caderas y sus rostros realmente cerca hasta el punto en que sus respiraciones se mezclaban. Sus ojos conectaron y sus corazón se aceleraron dejando una presión constante en sus estómagos.
-Mejor veamos el programa de los chicos. -Pidió JungKook acomodando a Jimin a su lado sin real esfuerzo y sentándose contra el cabecero de la cama.
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