Era fácil saber cuándo una reunión de la Tokyo Manji Gang era importante: cuando nadie se presentaba.
Los grandiosos anuncios de Mikey que requerían coordinar a más de 300 personas y atemorizar a los transeúntes para tener el parque para ellos solos no eran más que secuelas. Las decisiones habían sido tomadas y revisadas por la gente que importaba, que en ningún caso eran aquellos gamberros que contaban chistes sobre madres mientras llenaban el suelo de escupitajos.
Aquello, más que reuniones, eran procesiones. Cada uno desfilaba con su uniforme presumiendo de lo rudo que era y de los cráneos que sus muslos habían partido, y luego dejaba que Mikey le informase de las novedades mientras pensaba en lo que su mami le haría de cenar. Nada más, ni nada menos.
Aquellas manos con restos de s**** y con olor a maría se mantenían lejos de la verdadera toma de decisiones, y solo los más confiables podrían oír el veredicto antes de tiempo.
El consejo estaba formado únicamente por los miembros fundadores, excluyendo a Kazutora. Ni siquiera Chifuyu tenía permitido asistir, aunque fuese uno de los pocos que sabía cuándo este tipo de reuniones tenía lugar.
Baji, Draken, Mitsuya y Pah-chin rodeaban a Mikey, esperando pacientemente a que terminase su polo de fresa para contarles un asunto de Estado que podría cambiar el curso de la historia.
«Están más ricos cuando los muerdes», pensó Baji. «Si solo les restriegas la lengua no saben a nada».
«¿Por qué no habré traído servilletas?», se preguntaba Draken. «Parece que le ha venido la menstruación por la boca».
Pah-chin, como siempre, no pensaba en nada. Mitsuya, en cambio...
Mikey dio una palmada y todos salieron de sus cavilaciones.
- Señores y Pah-chin - anunció -. Los rumores son ciertos. Los de Ragnarok están metiendo las narices en nuestro territorio: ya son dos miembros de la Toman los que han recibido una paliza grupal al salir a bajar la basura. Eso es que nos vigilan, y probablemente sepan más de lo que creíamos. Hasta ahora quise evitar enfrentarnos con ellos porque la mayoría de sus miembros están en bachillerato, pero no podemos dejar que nos insulten así. ¡No podemos dejar que hagan daño a la Toman! Tenemos que pagarles con la misma moneda... ¿Qué opináis?
Baji, Draken y Pah-chin asintieron solemnemente. La sed de venganza les enturbió la mirada y no vieron la sonrisa burlona que se le escapó a Mitsuya.
- ¡Tenemos que ir a por su líder! - gritó Pah-chin, enfurecido.
- En eso estoy de acuerdo - murmuró Mitsuya, tapándose la boca con una pequeña libreta que acababa de sacar de su bolsillo trasero.
- El líder de Ragnarok no es como Mikey - explicó Draken -. Nunca participa en las peleas... Es demasiado orgulloso como para mancharse las manos.
- Mikey, déjamelo a mi - Baji puso la mano sobre el corazón. -. Los chicos de la primera división y yo les reventaremos las caras a todos los del Ragnarok hasta encontrar al más debilucho de todos. Ese mierdecillas tiene que ser el jefe. Te lo traeremos y...
- Baji - Mitsuya lo detuvo con una mirada y una palabra, su voz tan suave como de costumbre. -. Nadie llega a la cima de la pirámide por ser demasiado débil. Nadie consigue una legión que le ofrezca lealtad absoluta si no tiene nada que ofrecer a cambio. Quizás el motivo por el que lo siguen y el motivo por el que no puede pelear en público son el mismo.
- Mitsuya, cabronazo - Un destello en los ojos de Draken anunció que se había dado cuenta del juego. -. "¿No puede pelear en público?". Serás mamón. Capullo. Hijo de puta...
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𝓢𝓹𝓲𝓭𝓮𝓻'𝓼 𝓰𝓪𝓶𝓮 -☾︎Mikey x Male Reader x Draken☽︎-
Fanfiction〚 Mikey X male reader X Draken 〛