T/n aceptó inmediatamente la propuesta, pero no porque le hiciese especial ilusión. Se hallaba tan sorprendido que no era capaz de articular palabras de más de una sílaba, y de todas las que conocía, «sí» fue la que eligió su cerebro.
Las chicas del club de economía doméstica no lo dejaron ir sin antes lamentarse. Todavía tenían muchos cotilleos que compartir con él y otros tantos consejos que pedirle acerca de cosas que, por algún extraño motivo, no se atrevían a contar a nadie más. T/n las tranquilizó una a una y prometió acudir temprano al club la mañana siguiente.
Mikey bajó las escaleras con las manos en los bolsillos, como si no le tuviera miedo a la muerte. Ni él ni Draken dijeron palabra hasta llegar al estacionamiento de bicicletas.
- ¡Oh! - a T/n se le escapó una exclamación de asombro - ¿Qué hace esa monstruosidad ahí aparcada?
Si Draken hubiera tenido pelo que acomodarse detrás de la oreja... Pero se conformó con acariciarse la calva con una sonrisa presumida.
- ¿Te gusta mi bebé? - Se acercó a la motocicleta que cortaba el paso al párking, ocupando con su gigantesca envergadura más de las tres cuartas partes del portón. - Es una Kawasaki Zephyr 400. Si ahora parece bonita, imagina cuando esté en marcha. Si te portas bien, más tarde te dejaré probarla.
- ¿Cómo que más tarde, Draken? - Mikey apareció arrastrando un cacharro que se asemejaba a una moto. - De algún modo tenemos que llegar hasta el parque de atracciones. T/n, ¿dónde dejaste tu moto?
T/n miró a su alrededor. Se encontraban en un aparcamiento de bicis, donde los dos únicos vehículos de motor eran los de Mikey y Draken.
- No tengo.
- ¿No tienes? - se extrañó Mikey.
- Pues claro que no tiene - suspiró Draken -. Mírale las pintas.
Mikey lo miró de abajo a arriba. Empezó por sus negros zapatos de charol, continuó fijándose en las arrugas de su pantalón, que se acomodaban a las curvas de su cuerpo. El jersey le quedaba un poco flojo y le ocultaba la palma de la mano; unos suaves dedos se asomaban dirigiéndole un tímido saludo. Se detuvo unos segundos de más en los ojos.
Mikey se giró antes de que nadie pudiera descifrar su expresión.
- Tienes razón. No lleva el calzado adecuado.
- Dijo el que conduce con chanclas - Draken suspiró. -. Venga, vamos saliendo, que a este paso y con la chatarra que tú conduces, van a cerrar el parque por jubilación antes de que lleguemos.
- Si esto es chatarra yo soy un velocirraptor - Mikey se giró hacia T/n y forzó una sonrisa -. ¿Verdad que mi Honda CB250T es mucho más linda que esa cosa que lleva Draken?
T/n inspeccionó la motocicleta desde una distancia prudencial.
- Bueno, parece más segura...
Con la excusa de comprobar si alguna de las partes del vehículo exhibía alguna rayadura, se acercó más a su conductor.
Se fijó en su lustrosa coleta, en la que ni un solo cabello osaba rebelarse y escapar de aquella prisión construida con mimo, lo que le sirvió a T/n como garantía de que no era un mal conductor.
Si alzase la mano ligeramente podría comprobar si la suavidad de aquella melena era infundada, pero hacerlo supondría ceder demasiada soberanía a aquella parte de su cerebro que hacía preguntas extrañas sobre Mikey.
Al igual que Dios dejó la fruta prohibida al alcance del hombre, T/n y Mikey tenían casi la misma altura.
Esto facilitaba que sus ojos se encontrasen con una frecuencia exagerada, casi siempre por error. Un error premeditado por ambas partes.
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𝓢𝓹𝓲𝓭𝓮𝓻'𝓼 𝓰𝓪𝓶𝓮 -☾︎Mikey x Male Reader x Draken☽︎-
Fanfic〚 Mikey X male reader X Draken 〛