Si no tuviera una cadena que limita mis movimientos, podría alcanzar el sueño de amar. De cogerte de la mano sin miedo y recorrer contigo el mundo sin que nadie nos moleste. De perderme en tus ojos y decirte que te quiero, que no puedo pasar un día más sin ti.
Si no tuviera pánico a escuchar tu respuesta, sería capaz de gritar en nuestros silencios que te amo. De saltar la barrera que nos separa, que condiciona todo lo que siento por ti. Me impodría cualquier adversidad si supiera que tu corazón dice lo mismo que el mío.(...)
El fragmento es más lago pero si quieren seguir leyendo está en la pág. 282 del libro Buenos días princesa.