Dominado

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Katsuki estaba enojado, oh realmente estaba enojado. Su mañana había comenzado grandiosa; Había tenido un sueño tan relajante y tranquilo después de una semana intensa en la que se había encargado de los mocosos recién salidos de las escuelas de héroes, malditos chiquillos solo se la pasaban coqueteando con sus compañeros. Ese día, o al menos solo la mañana, para él había sido casi perfecta. Su tonta pareja lo había despertado con un beso (su lobo había enseñado su vientre casi de inmediato) antes de decir que lo habían llamado de la agencia y que necesitaba irse. Él, medio dormido, asintió y estiró los labios para darle un beso en los labios antes de volver a dormir. Cuando volvió a despertar ya era mediodía, su estómago gruñía exigiendo ser llenado y su Omega no dejaba de dar vueltas en su interior (sentía preocupación por el peliverde) Katsuki por otro lado, sabía que no puede evitar que su pareja regrese sin daños de un trabajo tan peligroso como era el que ambos hacían. Si, puede que la liga de villanos ya haya sido derrotada, sin embargo, sabía que la maldad va de la mano con la paz.

No podía existir un mundo perfecto habitado por seres imposibles de corromper.

Decidido a ignorar a su Omega y cumplir sus necesidades. Se levanta de la cama, estira sus extremidades mientras gime satisfecho al escuchar sus huesos crujir y procede a ordenar las sabanas antes de ir a tomar un baño. 

—Estúpido Izuku ¿no puedes usar la maldita alfombra?— el baño era un desastre.

Al pasar los años, sabía que en efecto, el Alfa siempre será desordenado cuando tiene prisa no importa que. Parecía que un remolino había entrado al baño, el espejo aún se encontraba empañado, los cepillos de dientes en las repisas y no en su colgante, el suelo se encontraba totalmente mojado a excepción de la alfombra que estaba completamente seca y juraba que podía ver como el acondicionador que usaba el peli-verde se escurría por estar abierto y en suelo. Así es como terminó limpiando el baño primero entre maldiciones antes de tomar su muy merecido baño. Juró entre maldiciones que el peli-verde pagaría su trabajo extra cuando llegue de la agencia. Mientras tanto él disfrutaría de sus días libres quizá terminaba de ver alguna serie o buscaría nuevas tácticas de combate que pudiera implementar a su estilo de lucha. Un día solo para Bakugo Katsuki, ya era hora. 

Y entonces en la tarde fue cuando todo comenzó.

Mientras estaba dando vuelta a la comida que tenía calentando en la estufa; Su celular sonó, chasqueo la lengua antes de bajar el fuego e ir por el a la sala.

—¿Qué?—contestó.

Hermano, es una emergencia, Deku está en problemas debes venir rápido!"

Podía reconocer a la persona que hablaba del otro lado en cualquier lugar, esa persona no era nada más y nada menos que Kirishima Eijiro. Y por la angustia en su voz él mismo comenzó a preocuparse. Obviamente no debía de alarmarse, posiblemente Izuku solo había salido un poco herido; Aunque la palabra "herido" en el Alfa era mucho.

—¿Ahora qué hizo ese idiota?—gruñe mientras apaga la estufa y comienza a servirse en un plato.

"¡Amigo esto es serio! Fue afectado por un quirk en su misión" ahora el rubio si estaba un poco preocupado, sin embargo siguió comiendo.

—¿Se está muriendo?— un "¿Qué?" Se escuchó del otro lado—Deku, ¿se está muriendo?—y contestaron con no—entonces iré después de comer, no molestes—y colgó.

Aún así 15 minutos después ya se encontraba con otra ropa y con las llaves en la mano mientras salía de la casa. Su Omega se encontraba... Emocionado, excitado; y él estaba preocupado, nunca podía estar de acuerdo con su Omega interior.

Así que justo cuando estaba entrando a la agencia recibió una llamada de Todoroki, no la contestó pues justo lo vio salir de los elevadores.

—Bakugo—saluda.

—Hola ¿Que pasó?—Todoroki suspiró antes de agarrarlo del codo y volver al ascensor—¿Y bien?

—Su celo fue adelantado por el delincuente— contesta, katsuki asiente ya hora entiende porque su lobo se comportaba así—Lo escoltamos hasta una de las habitaciones especiales y bueno... Ahora te está esperando Bakugo.

—¿Ninguna herida?—Todoroki negó y llegaron al piso correspondiente.

—El se encuentra en la habitación AES11--lo miró un momento antes de que su mirada se suavisara—Katsuki escucha... El celo que tú Alfa está sufriendo ahora es fuerte, mucho más que uno normal, es posible de que ni siquiera puedas reconocer a la persona que está allí adentro. Solo... Solo ten mucho cuidado y cualquier problema, sabes dónde está el botón, lida y yo vendremos enseguida—Katsuki asintió aún aturdido.

Después de pasar mucho tiempo con Todoroki, él y el Alfa habían desarrollado una preocupación mutua, incluso antes los habían confundido con una pareja causando muchos malentendidos. Cuando Katsuki se presentó como Omega fue mucho tiempo después de lo normal, para se extractos, el se reveló como un Omega 3 años después de lo que se suponía. A la edad de 17 años el había creído ser un Beta, casi 2 meses después, durante una misión de reconocimiento fue cuando se presentó como Omega. Todoroki, que era su compañero en la misión, lo había rescatado con éxito de una manada de Alfas afectados por las feromonas que no tardaron en lanzarse hacia él. Apartir de ese día solo Todoroki sabía del género secundario del rubio y solo al joven inexpresivo podía confiar para que lo ayudará en algunas misiónes y con su segundo genero. Todoroki al haber crecido con hermanos omegas, sabía ciertas cosas que Katsuki nunca le preguntaría a su padres. El de dos poderes se encargó de informar y cuidar del Omega hasta que el rubio finalmente aprendió a hacerlo por si mismo.

—Trataré de mantenerte informado sobre el quirk y sus efectos, sabes como funcionan esas habitaciones—ingresó su huella en el lector de la puerta y antes de que el rubio entrara susurró—Cuidate.

Katsuki entró a la habitación y la puerta se cerró a su espalda. La habitación apestaba en feromonas, las luces iluminaban toda la habitación y una persona estaba sentado en la cama, sin ropa y con su mano moviéndose rápidamente en su entrepierna. Un gruñido fuerte razonó en la habitación y al rubio le temblaron las piernas. Su Alfa estaba en celo y lo estaba llamando insesante. Sus piernas temblarón un poco más cuando los ojos verde eléctrico cruzaron los suyos. Una sonrisa tranquila decoraba la pecosa cara y no dejaba de soltar feromonas. Vio como el peliverde mordía su labio y el semen escurría de su mano y él comenzó a mojarse y liberar su aroma también, sin embargo, Katsuki Bakugo era renuente a dejarse someter por ese Alfa, por más que sea el suyo. Y eso causó el enojo del Alfa.

Semana calurosa-DekukatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora