La niña del deslustrado brillo en los ojos, la señorita del silencio inflexible, la chica de las desheredadas letras. Es una moza que se pasea por corazones desencantados, y tras su partida cada intrínseco sentimiento place agasajado por su gracia y distinción, más pocos saben que ese pobre corazón vendió su alma a la aflicción. Tras cada atardecer, se sume en su consternación, en una profunda cavilación que no otorga indulgencia, en silencio pide clemencia, allá en medio de la desolación. Yo soy esa dama que a veces baila con la melancolía, ya soy la mujer por la que la rendición, transfiguró su laxitud en una osadía. Y si el triunfo llego a alcanzar algún día, no quiero olvidar la empobrecidas letras, que escribí aquella tarde, desde el más desdeñoso de los silencios.
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Mis silencios
PoetryVacía...tendida sobre la superficie de la nada, aquí en medio de la inexactitud y lo de falible, absorta en lo incorregible y extraviada en el recuerdo de un ayer.