-Mi muy querido público, sé que han estado esperando este momento desde nuestra última visita -empieza a decir el Señor Harry en el micrófono, haciendo que se escuche por toda la carpa-. Les agradecemos que hayan esperado tanto, los hemos extrañado mucho -la gente grita eufórica por sus palabras, aplaudiendo y algunos hasta se paran de sus asientos-. Pero bueno, mejor dejaré todo este palabrerío para otra ocasión. Sin más preámbulos, les presento después de tres años desde nuestra última visita, ¡La mejor de todas! ¡La que que siempre le lanzan rosas cada vez que la miran! ¡Está aquí, Sara, la princesa del trapecio! ¡Con su nuevo compañero, Thomás!
Escucho los aplausos, veo toda esta gente esperando por nuestro acto. Cierro los ojos tomando una respiración un segundo para volverlos a abrir.
- Como siempre, este será mi momento -susurro para mí misma.
Miro a Thomás desde la otra esquina, "A volar" me dice en palabras mudas guiñándone un ojo. Asiento dejando salir un respiro.
Bueno, a comenzar el acto.
Thomás y yo agarramos el trapecio que nos corresponde en cada esquina en que nos encontramos, abalazándonos para empezar lento y dar expectación al público, me encuentro aún agarrando el trapecio con las manos por lo que empiezo a mover mi cuerpo entero para delante hacia atrás para tener más impulso, cuando lo logro, me abalanzo hacia delante encorvando mi cuerpo hacia atrás, me acomodo y sostengo ahora éste con mis piernas para dejar mis brazos al aire. Escucho cómo la gente enloquece con aplausos y algunos silbidos, comenzando a lanzar rosas de todos los colores que hay en su especie. Tanto Thomás como yo empezamos con movimientos lentos y pausados, combinando con la música de fondo.
- Damas y caballeros -comienzo a decir, dando vueltas ligeras y lentas en el trapecio:-. Es un honor para mí estar aquí de nuevo, ustedes que vieron mis primeros actos como trapecista hasta ahora, esta noche les dedico este acto a todos los que hoy me están viendo, cada palabra, cada movimiento que hoy hago, es para ustedes, ¡Porque sin ustedes no sería nadie!
Vuelven a aplaudir, algunos en la lejanía les puedo ver un par de lágrimas en las caras conocidas, la multitud se ha conmovido con mis palabras.
- Thomás, ¿No crees que este público que vemos esta noche es maravilloso? -le pregunto a mi compañero, sentándome en el trapecio, admirando la vista.
- Claro que lo es -responde él, imitando mi acción, me mira-, creo que deberíamos mostrarles lo que tenemos para ellos hoy, ¿No crees?
- ¡Completamente! -exclamo.
- Entonces, ¡A volar!
Thomás ahora sostiene el trapecio con las piernas abalanzándose de adelante a atrás, lo imito agarrando cada vez más impulso. Agarro más fuerza y estando un poco cerca para enganchar mis manos con las de él escucho que los aplausos han disminuido, para escuchar en coro como dicen nuestros nombres.
Pero detrás de todas esas voces yo escucho una en particular, una que entre toda la multitud es la que más me importa, giro hacia el público, encontrando en mi campo de visión como Emily, mí Emily, forcejea y grita tan fuerte como puede siendo arrastrada por un hombre que no le puedo ver la cara en mi perspectiva.
- Emie... -murmuro encontrándome con su mirada aterrorizada.
Esto nunca lo ha visto el público, porque por lo que acabo de ver hace que pierda la concentración de cuando iba a Thomás, flaqueo perdiendo fuerza y no lo alcanzo, empezando a caer hacia abajo con el suelo esperándome de bienvenida...
¡Altooo! Creo que me estoy adelantando demasiado, ¿Cierto? Todos sabemos que sí. Estoy demasiado loca. Comencemos mejor desde el principio. Aquí les presento, cómo comenzó todo y luego veremos cómo termina.
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Sobreviviendo en el trapecio
Novela JuvenilPor la opresión puedes llegar a conocer la libertad. Pero la libertad se puede convertir en tu jaula personal. Y eso fue lo que le ocurrió a Sara, una chica inocente que fue engañada y lastimada por las personas que quería y que según ella, también...