Sobreviviendo en el trapecio

5. Conociendo/tercera parte🎪

Horas más tarde

–¿Ahora entiendes? –preguntó Ricardo.

–No –contesté sin dejar de mirar a Adam y Adán.

–Me rindo –dijo frustrado y yo me reí.

–¡Pero es que si son técnicamente iguales! –exclamo señalándolos con ambas manos

–¡Claro que no! –contradice– ¡Mira! Él tiene al cabello más suave, ¡Y Adán lo tiene grasoso!

–Sigo aquí, ¿Sabes? –dice el susodicho algo ofendido

–Algún día nos diferenciará –dice Adam en un encogimiento de hombros

–Gracias por defenderme, hermano –arqueó una ceja Adán y yo me río.

De acuerdo, creo que no están entiendo nada, ¿Cierto? Es hora de explicarles

Luego de el pequeño acontecimiento con el chico gato –no encuentro cómo llamarlo así que le digo así– Ricky fue el que me llamó, estaba como todo un dramático diciendo que se preocupó mucho por mí.

Obvio no le creí ¡duré como 20 minutos perdida! Aunque... bueno, fue algo lindo verlo así.

Adam estaba con él, el chico que, resultó no ser el tío cosa, sino un muchacho común y corriente. Algo loco, pero común y corriente al final, luego llegó su hermano Adán.

Ah, y resulta que estos dos son gemelos, demasiado idénticos para la humanidad ¡No puedo diferenciarlos!

Y por eso estamos peleando ahora.

Creo que me faltó explicar algo... Pero bueno, mejor que ellos les cuenten su historia.

–Chicos –llamo a los gemelos y ellos se voltean a mirarla.

–Dinos, princesa –responden

Hasta hablan idénticos, pienso.

Creo que eso da un poco de miedo

–¿Por qué no en vez de seguir discutiendo me cuentan su historia de cómo llegaron aquí? Ya que alguien no cumplió su palabra –enfatizo ganándome una mirada ofendida del cabello rojo

– ¡Pero si-

– No quiero oírte –le alcé la mano logrado que se callara con un bufido, miré de nuevo a los gemelos con algo de inocencia– ¿Me pueden contar?

No tengo idea por qué me siento cómoda con esos dos, pero no estoy para pensar en eso ahora

Después de mi crisis, no quiero pensar más...

Al menos por los momentos

Los gemelos me dan una sonrisa acogedora con un asentamiento de cabeza

– Bueno princesa, nuestra historia es algo... loca –comienza Adam (o eso creo)riendo.

– Todo esto comenzó al estar en la universidad –agrega Adán y yo los miro confundida

– ¿Cómo pasaron de la universidad a llegar a aquí? –arrugué el ceño cuando ellos compartieron una mirada y sonrieron, me acomodé acomodé en el asiento espera de a que continuaran. Y eso hicieron:

– Contando la historia fue que comenzó con un reto

– Al ser dos rebeldes y locos sin remedio que aceptamos sin peros

Los miré más confundida, no entendía nada

– ¿En qué consistía el reto?

Y ambos rieron diciendo al unísono